lunes, febrero 28, 2011

Sin militantes

  Hoy estuve a punto de escribir que a los partidos políticos los militantes se les habían salido de control, en relación a los cada vez peores pleitos entre el PAN y el PRI, que han sacado de balance a los gobiernos estatal y municipal de Cuernavaca.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ni el PAN ni el PRI tienen militantes, sino empleados y aspirantes a serlo, a tener un ingreso garantizado a través de los méritos que pudieran hacer y no por convicciones políticas, menos para cambiar el mundo o ayudar a sus semejantes.
El único partido que está comprobado que tiene militantes incondicionales es el PRD, pero hoy viven en la oscuridad pués sólo sirven de carne de cañón para sus dirigentes o representantes, a la espera de un milagro que regenere a ese partido, que como tal -a pesar de esos sufridos militantes- técnicamente no existe, excepto como propiedad –a partes iguales- de Graco y de Fidel Demédicis.
Pero regresó al punto: no hay militantes descontrolados dentro del PRI o del PAN. Hay empleados que saben lo que hacen porque para eso les pagan.
Lo que no hay es liderazgo ni inteligencia (y si la hay, está muy escondida, porque no la veo por ningún lado) para determinar que el pleito que los enfrenta sólo perjudica a la población en general, que ya se ha dado cuenta de tal cosa.
Por supuesto, se requiere un poco de neuronas para notarlo. Y no es el caso.

miércoles, febrero 23, 2011

Monarca

Esta columna desde su nacimiento ha sido jojutlocentrista, esto es, su autor (su seguro servidor) considera que Jojutla no es sólo el centro del universo, sino casi casi la cuna de la civilización occidental.

Sin embargo, pese a la perfección alcanzada por los escasos elegidos para nacer en tan paradisiaco lugar (apenas somos unas cuantas decenas de miles) lo cierto es que las cosas ya no marchan bien.
Quizá en descargo puedo decir que Enrique Retiguín Morales -el senil alcalde elegido por mis paisanos- no es propiamente de Jojutla sino de El Higueron, pero lo cierto es que no ayuda en nada, pues el resultado es el mismo: se está acabando a Jojutla.
Luego de la colección de presidentes (uno otras otro) que no han sido todo lo honrados y todo lo hábiles que de ellos se esperaba, el actual primer edil viene a rematar, porque ha creado una variedad de gobierno casi monárquico, donde él tiene el cargo formal pero es su heredero quien hace la chamba, mejor dicho, quien dispone de los recursos públicos jojutlenses.
Lo mismo que a nivel federal hizo Vicente Fox cuando dejó que su inescrupulosa esposa gobernara, pero ahora en versión de padre elegido por las urnas e hijo mandante.
Las leyes vigentes permiten una amplia interpretación de las cosas, lo que se traduce en impunidad en este y muchos casos más. Pero no es justo que una civilización tan avanzada como la aquí descrita (me dicen que una empresa ofrece Internet a una velocidad de 20 megas, cinco veces más que la compañía de siempre, para que se den una idea del desarrollo exponencial de mi tierra) sucumba a los caprichos, casi estertores, de un anciano cuya familia le explota mientras le permite hacer el ridículo.
Pero lo más grave es ese gobierno monárquico, que no está contemplado por ningún lado y que por lo mismo debería terminarse desde ya. Capaz que a ese paso, podría nombrar asesor a su caballo, si lo tiene, o hasta al perro.

No estamos solos, pero no es consuelo

Pido una disculpa, porque ayer no se publicó esta columna. Fueron problemas de energía –eléctrica, por supuesto- pero mientras tuvimos la oportunidad de leer los siguientes párrafos que quiero compartir con usted, que describen al sistema político:”
1) la población no se siente en absoluto representada por una clase política que se comporta como una casta predatoria o parasitaria; 2) el poder siempre se ejerce en beneficio privado de sus redes clientelares con excluyente sectarismo; 3) los niveles de flagrante corrupción política son ciertamente escandalosos dada su patente impunidad; 4) no existe imperio de la ley ni cultura de la legalidad porque la justicia está politizada y subordinada al poder político; y 5) las instituciones carecen de autoridad legítima porque el poder siempre está personalizado a escala tanto estatal (presidencialismo) como local (caciquismo).
Enrique Gil Calvo publicó lo anterior en España (en el periódico El País del pasado lunes) y hace una comparación entre los gobiernos africanos y su propio gobierno o el de Italia. Pero ¿verdad que se parece mucho a lo nuestro?

miércoles, febrero 16, 2011

Experiencia acumulada

 La Comisión de Derechos Humanos en el estado de Morelos (CDHMOR), lanza una  invitación que, bien vista, pone los pelos de punta: el organismo que hace tiempo perdió su lustre convoca a lo que llama “Primer Encuentro de presidentes de la CDHMOR”, hoy (jueves 16) a las 8:45 de la mañana.
El único que puede dar lecciones allí es Francisco Coronato Rodríguez, pero Sergio Valdespín Pérez y Fausto Gutiérrez Aragón poco tienen qué hacer, a menos que la actual presidenta quiera conocer cuál es el camino de la traición de principios y del enriquecimiento explicable (cátedra que sostendrá el insigne Sergio Valdespín Pérez, endeudador –quiero decir, ex alcalde- de Cuautla) o de ejercicio  de beca de retiro con todas las comodidades y pocas obligaciones, impartida ni más ni menos que por Fausto Gutiérrez Aragón.

Hubo otro presidente, pero pasó tan de noche que ni recuerdo su nombre y es mejor así.

Quizá la actual representante de un organismo como el citado tiene deseos verdaderos de recuperar la credibilidad que sus antecesores le quitaron, pero no creo que escucharlos sea el camino.

Más bien debería fincarles responsabilidades, así fuera sólo en un procedimiento exclusivamente moral. En este caso, no condenar el pasado es un mal paso, porque fueron Valdespín y Gutiérrez Aragón los que hicieron que el defensor de los derechos humanos en Morelos perdiera credibilidad.

Y justo en los tiempos revueltos que vive la entidad es cuando más se necesita que alguien defienda a los ciudadanos que han caído en las patas de los caballos en esta guerra contra el narcotráfico.
ya cuando había acabado de escribir todo lo anterior supe que la reunión será para recordar al primer ombusdman, Carlos Celis Salazar. De todos modos, con ese pretexto le pueden dar malos consejos a Lucero Benitez Villaseñor, quien deberá ser muy cauta no sea que por contacto, al darles la mano, esos señores arriba señalados le pasen el virus de la inoperancia.

lunes, febrero 14, 2011

Se quieren acabar la educación pública

Por fin el PAN comienza a salirse con la suya. No contentos con el desgobierno de Vicente Fox y la guerra de Felipe Calderón que pagamos todos, ahora -como si fuera una graciosa concesión- el gobierno federal ha anunciado que los pagos por colegiaturas en la educación privada se podrán deducir de impuestos, lo que hará más que atractiva la enseñanza particular, creará un jugoso filón de negocios y dejará inerme a la educación pública, la que por ley debería garantizar el Estado mexicano.
Lo que acaba de ocurrir lo habíamos anticipado desde hace buen tiempo en esta columna. Por supuesto, el PAN no tiene la culpa porque la medida aplicada está en sus genes y nunca lo ha ocultado. No pueden decirse engañados quienes le dieron su voto a Felipe Calderón Hinojosa, pues ya sabían de que pie cojea.
Ese partido es enemigo declarado de Benito Juárez y de la educación pública como ayer lo pusieron de manifiesto.
Pero eso no quiere decir que nos quedemos cruzados de brazos ante la maniobra doble: por un lado este año han bajado el presupuesto para la enseñanza oficial en todos los niveles mientras le dan un impulso a la educación privada y, sobre todo, la hacen mejor negocio.
Quienes en teoría representan nuestra voz en las instituciones ni saben que existimos, pero como que ya va siendo hora de establecer contacto con nuestros diputados, tanto federales como locales, para decirles –primero- que piensen en nosotros y, en segundo lugar que se acuerden de que están allí para hacer una labor y que no les haría nada mal defender el patrimonio que nosotros y otras generaciones construimos por años y que hoy se lo quieren acabar.

domingo, febrero 13, 2011

Que le pregunten

 El embajador egipcio, que el sábado anterior vino a Cuernavaca a la firma de un convenio que pretende establecer un museo sobre la cultura de su país, debería quedarse a platicar con los políticos locales acerca de lo que es vivir en la incertidumbre cuando aquello que lo sostiene se derrumba.
Y es que a él le pasó. Aunque finalmente lo único que ocurrió en Egipto fue un cambio de mando y no una revolución, ya que Mubarak, su dictador en turno, dejó el cargo pero la estructura de gobierno quedó tal cual y en manos de otros militares.
Pero si no hubiera sido así, el embajador citado se habría quedado agarrado de la brocha, a la espera de que las cosas en su país se clarificaran, luego de casi tres semanas de protestas de una población mayoritariamente joven que reclamaba, además de mejoras económicas, democracia, participación política y libertad de expresión.
A la distancia podemos ver en éste ejemplo que los mexicano tenemos y no valoramos cosas por las que matarían en otros países. Y para colmo, los derechos que no se ejercen se defienden se pierden, como nos demostró el PAN en Morelos cuando se las ingenió para penalizar el aborto en todas sus formas, pese a que la interrupción del embarazo por cuestiones médicas (el llamado aborto terapeútico) era una conquista de las mujeres que ya tenía varias décadas en vigor.
Y volvemos a Egipto: nuestros políticos locales viven con la falsa creencia de que la población que votó por ellos tiene la obligación de aguantarles todos sus excesos y su falta de resultados y la escasez de talento entre esas filas.
Actúan en consecuencia y por eso nos han llevado al desastre financiero, pués para robar más de lo que les tocaba administrar han tramitado enormes deudas que deberemos pagar los gobernados por más de un lustro, si  bien nos va.
Javier Orihuela, el ex alcalde de Temixco que encontró un terrible desastre pero que al final dejó las cosas espantosamente peor, no tiene pena en salir a la calle y participar en actos públicos, seguro de que no será molestado por sus excesos.
Por lo menos Sergio Valdespín Pérez, Víctor Salinas Márquez, Gustavo Rebolledo y sabrá diós cuántos más figuran en la misma lista de “hosnis mubaraks” en chiquito, que casi se creyeron divinos mientras estaban en el cargo y que hoy piensan que los ciudadanos por lo menos deberían besarles los pies.
Pero ojalá ellos y muchos le pregunten al embajador egipcio lo que se siente cuando llega la realidad.

¿Izquierda?

En Morelos, al frente de izquierdas que se quiere conformar con vistas a las elecciones del año próximo sólo le falta una cosa: izquierdistas.
A menos que las definiciones hayan cambiado, dudo mucho que sean de izquierda Rabindranath Salazar Solorio, el presidente de Jiutepec Miguel Ángel Rabadán Calderón, el dirigente perredista Juan Ángel Flores Bustamante (no es propiamente el dirigente, sino quien le cuida el changarro a Fidel Demédicis) o Juan Salgado Brito, o el diputado federal Jaime Álvarez Cisneros, los diputados locales Arturo Cornejo Alatorre y Jessica Ortega de la Cruz o el ex diputado local Alberto Machuca Nava.
A grandes rasgos puedo resumir que el prestigioso intelectual italiano Norberto Bobbio explicaba (“Derecha e izquierda. Razones y significados de una distinción política”, Editorial Taurus, 1995) que mientras lo que llamados ”Derecha” busca mantener las desigualdades, que le favorecen, la “Izquierda” busca el igualitarismo entre los seres humanos, la igualdad, y sus acciones se enfocan a tal objetivo.
Ni en esta ni en otras definiciones encajan quienes sólo han demostrado habilidad para vivir del presupuesto. Y los que se acercan un  poco a la definición prefieren vivir bajo el concepto de izquierda estaliniana, de férreo control de los intereses que dicen representar y sin dar cuentas a nadie.
 Pequeño detalle pero que es coherente con la realidad política de Morelos, donde las ideologías se convirtieron en marcas y lo que antes eran principios hoy son poses.
Lástima por los electores de esa tendencia que hoy está desaparecida a nivel de representación.
En cambio, en el otro extremo, si hay quien ostente la bandera de la derecha sin pena ni rubor, lo que por lo menos habla de firmeza de principios. Y conste que no lo digo como elogio.

jueves, febrero 10, 2011

Merece premio

Falta muy poco para que en Estados Unidos se entreguen los Oscars, esas codiciadas estatuilla que supuestamente señalan quienes son los mejores de la industria cinematográfica norteamericana y mundial.
Las cuatro categorías más afamadas son las de mejor película, mejor director, mejor actor y mejor actriz, no necesariamente en ese orden.
Es una lástima que Francisco Alva Meraz, el director del Transporte  no haya filmado una película, porque si así fuera, México –y concretamente Morelos- podría obtener el premio al mejor actor, por su soberbia actuación como defensor de los usuarios de ese terrible servicio.
Las declaraciones que un día sí y otro también hace en torno a las acciones de su dependencia en contra de taxistas y ruteros abusivos no son hipocresía. NO, para nada.
Sólo se trata de la expresión –llevada a su máximo nivel- de un don que la Naturaleza le dio para actuar. Nadie como él para interpretar al servidor público celoso de su deber, siempre listo para acudir a cumplir con sus obligaciones.
Lástima, repito, que con esas cualidades no haya filmado una película, porque seguro que gana el premio.
Es, como pocos, un soberbio actor.

miércoles, febrero 09, 2011

De horarios y otras cosas


Leía hoy por Internet que el presidente ruso Dmitri Medvedev anuló los cambios de horario. Ya no habrá horario de verano, una medida adoptada hace ya muchos ayeres para supuestamente lograr un ahorro de energía, que aún hoy es discutible.
Nuestro país, sometido como está a las órdenes del gobierno norteamericano, no tiene para cuando dar ese paso y deja atrás una medida que tiene poca razón de ser en la zona geográfica donde nos encontramos.
Por lo mismo, habrá que sufrir cuando llegue el famoso horario de verano, acatado ahora para poner todos los relojes en sincronía con la de quienes nos controlan.
Hasta antes de Salinas de Gortari, por lo menos los que gobernaban eran más nacionalistas y defendían nuestra identidad como nación. Pero los gringos dijeron que en lugar de conquistar a México con las armas bastaba con educar a sus dirigentes. Y eso hicieron y cumplieron.
Salinas, Zedillo, Fox y Calderón encuentran su norte, su nirvana, el mantra y todo aquello que los mueve cuando voltean hacia nuestro poderoso vecino y dicen, llenos de alegría “sí, amo”.
Y no es juego. Recuerde usted que la ola de violencia que vive Morelos surgió a raíz de una orden directa y precisa de un gobierno extranjero para acabar con Arturo Beltrán Leyva.
Por supuesto, la delincuencia se debe combatir y extirpar, pero debe pensarse en todo, en soluciones integrales y no en medidas a medias que olvidan un pequeño detalle: el bienestar de la población.
Y todo eso va desde la guerra contra el narco hasta la estabilidad emocional con sus horarios de verano o la reforma educativa para “impulsar competencias” en lugar de dar conocimientos y muchas cosas más.
Mientras, los partidos políticos siguen en sus rollos existenciales: El PRI dice que en las contiendas electorales en las que no se quedó con la gubernatura “no perdió, sólo no ganó”.  El PAN vive en éxtasis porque al fin obtuvo un triunfo y los perredistas siguen fumando de esa cosa supuestamente ecológica que les hace creer que sus triunfos han sido de ellos y no de los priistas a los que han cobijado.

lunes, febrero 07, 2011

Esos de la FEUM

La Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos, la tristemente célebre FEUM, no debe desaparecer, pues sería intolerante al pedir semejante cosa. Sólo debe dejar de ser la única organización reconocida para la organización de los estudiantes de la UAEM, mi alma mater, que ha perdido más de lo que pudo haber ganado con ese grupito de gente que en términos generales ha sido todo menos estudiantes de provecho.
Si el monopolio de la representación estudiantil desaparece y se da la libertad de asociación y de representación –irónico que en pleno Siglo XXI tal cosa no suceda en la universidad- la FEUM podrá coexistir libremente y si se hace realmente competitiva podría volver a ser mayoritaria.
Pero mantenerla bajo los mismos o parecidos esquemas es, primero, un intento inútil de lograr el control que alguna vez se tuvo del alumnado –a base de fuerza y agresiones, métodos resucitados por el ínclito y fiel Luis Salas Catalán, hombre de convicciones  y de fidelidades como pocos- y que impidió la existencia de protestas y desviaciones de la línea institucional.
En segundo lugar, sería un gasto infructuoso, pues quienes regresen a revivir almuerzo no dispondrán de los no tan sútiles mecanismos de obediencia, porque la FEUM no era una mesa directiva y nada más, sino una red de complicidades y delaciones que se construyó con los años y que ya no existe.
Mejor, repito, que se le quite el monopolio de la representación legal de los estudiantes ante los órganos de gobierno de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y que el tiempo diga si la vuelve a hacer o no.

Y se murió…

Admito que mi paso por la universidad fue gris, pues no encontré en la Facultad en la que me inscribí la motivación suficiente que me llevara más allá de pasar casi de panzaso las materias. Iluso de mi. Los profesores que al principio me deslumbraron no tardaron mucho en enseñar su verdadero rostro: cobraban por dar calificaciones aprobatorias. Con truco, disfrazado de curso de capacitación, pero cobraban y no aplicaban ya ningún examen.
Y ese hallazgo me ocurrió desde el primer semestre. Y eso me desmotivó.
Hasta que conocí a Miguel Ángel Celis Ponce, quien marcó de manera decisiva a varios compañeros de mi generación, a los que zambulló en el deseo de aprender siempre más y –entre otras cosas- en la cultura francesa que a él lo había terminado de formar.
Al concluir la carrera le perdí la pista y tardé muchos años en localizarlo, aunque sabía de él por algunas de sus actividades académicas que trascendían a los medios, o quizá sólo cuando fue aspirante a la rectoría de la UAEM, donde por supuesto le hicieron de chivo los tamales.
Hace quizá diez o doce años una casualidad me hizo tener su teléfono privado y le llamé, de lo que derivó un agradable encuentro, en la que supe lo que había sido de su vida luego del chasco que fue buscar la rectoría. Y me dijo que había vida más allá de la academia. Y una buena vida.
Por razones largas de contar, no lo he vuelto a ver. De hecho, ayer supe de su fallecimiento… en septiembre del 2009. Apenas.
Por lo menos ya no le tocó la espiral de violencia que dejó la muerte de Arturo Beltrán Leyva en su amada Cuernavaca. Aunque era hombre de mundo, siempre volvía a esta ciudad, donde justamente dio su último suspiro.
Siempre pensé que podría haber otro encuentro, como ese que sería el último. Ahora así lo recordaré. Como un hombre de esos a los que los políticos les da flojera escuchar. O de los que ya no hay.

jueves, febrero 03, 2011

Visita que llegó para quedarse

  Hace ya muchos meses que el Pingo, el perro que en teoría cuida la casa de ustedes, hizo su aparición en esta columna para decir todo lo que piensa y mucho más.

En todo ese tiempo el mentado animal ha gozado de un cuasi monopolio, interrumpido a veces por la iguana verde, un reptil que llega a la que es su casa (de usted, amable lector o lectora) y aparte de comerse las flores mete su cuchara en torno a los profundos temas que se traten en este espacio.
Ambos personajes de la vida real (en mi blog personal –www.oscardavismtz.blogspot.com- puede usted ver sus fotos, porque son reales, de carne, hueso y un pedazo de pescuezo) han tratado a detalle la política local y, sobre todo, a los políticos morelenses, que por cierto no son de sus simpatías.
Pero a pesar de que esta columna promueve la equidad de género, siempre han sido voces masculinas las que aquí se expresan (las del Pingo, las de la iguana, que en realidad es iguano, y la minoritaria de su servidor) lo que a partir de ahora parece que cambiará, porque recientemente llegó a nuestras vidas Darketa, una perra salchicha casi niña, que ha irrumpido en la casa de ustedes con toda la energía de la juventud.
Por su misma edad, ella no aporta muchas cosas, excepto su eterna curiosidad y su deseo de saber cómo funcionan las cosas y para que sirven.
El animalito llegó a la casa  de ustedes por casualidad. Alguien la vio en la cale cuando la iba a atropellar un auto. Al parecer se le perdió a sus amos y estaba desorientada y en peligro.
Después de exhibirla por medio pueblo y de preguntar con todos los veterinarios no fue posible reintegrarla a su hogar, pero en la casa de ustedes parece que nació, por lo rápido que se aclimató y la forma en que ahora reina a sus anchas.
Y ahora, uno de estos días, participará en las tertulias de Pingo y la iguana verde, que siguen entercados en averiguar porque, si los políticos han demostrado ser tan dañinos para la sociedad, los humanos normales aún los soportamos y les pagamos lo que les pagamos.
Ya les contaré.

La realidad

Las revueltas juveniles que pusieron de cabeza a Túnez y luego a Egipto surgieron en países donde no había libertades políticas –sólo simulación de elecciones y nula separación de poderes- y escasas oportunidades de empleo, a pesar de que en el primero de esos países abunda la gente con estudios superiores.
Como más vale decir aquí corrió que aquí quedó, el presidente de Túnez puso tierra de por medio cuando las cosas comenzaron a ponerse feas, mientras en Egipto el dictador se ha quedado para imponer sus condiciones y eso ha terminado en una lluvia de balazos y pedradas.
En la tierra de los faraones en este momento se viven situaciones realmente difíciles y decisivas para la Historia del mundo. Incluso nos ha afectado ya, al exhibir lo tarugos (quise decir ineficientes, pero esta computadora rebelde fue más precisa) que son los que administran el petróleo mexicano, luego de que esa materia prima subiera temporalmente de precio, lo que no ha beneficiado en nada a nuestro país.
No estamos aislados, el mundo está interconectado y los partidos políticos y quienes a través de ellos controlan el poder deberían darse un baño de realidad, para ver si entienden que se requieren cambios sustanciales que permitan a los ciudadanos avanzar, tanto en lo económico como en lo político y social, luego de que los cargos públicos –por poner un ejemplo- están secuestrados por camarillas que se quedan con todo.
La gente ha votado por el PRI porque la gente de ese partido “robaba pero salpicaba”. Por lo menos así consideraba la gente a los beneficios sociales de esa era que ya no existen más. Por eso el PRI ha revivido, cuando eso no es la solución.
Pero hay que darse cuenta a tiempo. Nuestro país se lo merece.

Cínicos pero con buenas chambas

Gente que no tiene nada qué hacer es la que le dice al oído a Fidel Demédicis y a Graco Ramírez que se exhiban como aspirantes al gubernatura de Morelos, cuando precisamente lo que tienen es que están lo suficientemente exhibidos como para concitar el odio y el rencor de todos aquellos a los que han ofendido, y el desprecio de quienes no son cercanos pero han visto como actúan en su vida pública y en su vida privada, que también han mostrado.
Pero esa misma ociosa le dice en la oreja al cada vez más anciano alcalde de Jojutla que siga en el cargo en la manera decorativa que hoy está, mientras su hijo y sus “amigos” se despachan con la cuchara grande y lo llevan directo a la ignominia, a donde de por sí iba a caer por su papel como dirigente de los cañeros.
Mis paisanos se han atarugado ya demasiadas veces a la hora de elegir al menos peor –no le atinan- o quizá ya no hay menos peor y todos son iguales, como lo señalaba en otra ocasión en este mismo espacio.
Pero en realidad lo mismo puede decirse que pasa en el resto de las alcaldías.
Quizá entonces eso signifique que no sea ningún ocioso el que está detrás de tantos malos políticos y los alienta a hacer más burradas de las que ya acumularon hasta ahora, sino que es el libre albedrío de estos hombres y mujeres que sólo tienen en mente enriquecerse y lograr un cargo más en el cercano 2012.
En 2009 los electores mandaron a  su casa a una buena cantidad de políticos del blanquiazul que habían dado pruebas desmedidas de su inmoralidad de hipocresía, pero más tardaron en irse que en reaparecer en otros cargos.
Antes de eso en el PRD la gente querido a ver jubilados  a “personajes” de la talla de Fidel o de Manuela Sánchez, pero lejos de eso ambos reaparecieron con cargos públicos bien remunerados, y plurinominales, para colmo, por lo que ni siquiera tuvieron nunca el dilema de hace campaña y exhibir.
Todo eso significa sólo una cosa: que el mundo no marcha bien.

La peor pesadilla

Hace tiempo les conté aquí que Pingo -el perro que en la casa de ustedes se siente el amo- sufrió un tiempo de terribles pesadillas que no lo dejaban dormir, y lo hacían aullar aún cuando estuviera en los brazos de Morfeo.
Luego de muchas indagatorias –como diría Pedro Luis Benítez Vélez- supimos que el pobre perro soñaba con que Graco Ramírez Garrido Abreú llegaba a gobernador, no de Tabasco, como debería ser, sino de Morelos, y veía en sus sueños los estropicios que causaba y eso lo llenaba de miedo. Hubo que llevarlo a terapia con el loquero, quien luego de  muchas y muy caras sesiones logró que el Pingo recobrara la tranquilidad y olvidará sus terribles pesadillas.
Pero ayer por la noche, el astuto can –aficionado a conectarse por Internet desde hace tiempo- veía la pantalla del aparato mientras los pelos del lomo se le erizaban, como gato espantado.
Ni me asomé a indagar lo que veía porque estaba absorto con mi trabajo. Pero anoche regresaron las pasadillas y se fue al caño el dinero de las terapias psicológicas.
De inmediato supe la causa de su recaída:  fue el triunfo del candidato “perredista” a la gubernatura de Guerrero. Esa victoria ajena ha inflado de orgullo el pecho del senador tabasqueño por Morelos, que amenaza con ahora sí ser candidato a gobernarnos.
Y así como están las cosas, capaz que los panistas se le unen y le dan los poquitos votos que van a cosechar en 2012, para terminar de rematar la faena.
Pingo, ese perro que a veces se pasa de listo, hoy tiene sobradas y justificadas razones para tener pesadillas. Al igual que el resto de los morelenses.

Todos son iguales

La pérdida de identidad de los políticos, que ya no son priistas ni perredistas ni panistas, sino del partido que más les convenga, ha desconcertado a los electores, que de por sí se hacen bolas a la hora de votar al no tener materia para elegir (por lo flaco de las caballadas) y ahora más cuando quien creían que era tricolor y les sale perredista o panista (o al revés).
Una auténtica promiscuidad que permite a quienes están acostumbrados a que los mantenga el gobierno tener más posibilidades de seguir enchufados al presupuesto.
Mientras, los electores ven cada vez más estrecho el panorama para elegir a sus autoridades e incluso eso de “votar por el menos malo” se dificulta.
Por supuesto, los partidos, que controlan todos los accesos al poder y no sueltan la llave ni dormidos, no permitirán jamás que prosperen iniciativas como la de los “candidatos sin partido” o cosas así, que ponen en riesgo su cuasi monopolio.
Y nadie puede buscar un cargo de elección sino es a través de los partidos, por lo que el círculo “virtuoso” (para ellos) se ha cerrado a piedra y lodo.
Por si faltara algo, los cuadros jóvenes de los partidos permanecen marginados y en los procesos electorales son enviados a competir en plazas que no tienen ni de lejos opción de ganar, por lo que la renovación de rostros se dará cuando los jóvenes de hoy sean los representantes del antes llamado Insen, mientras los que hoy acaparan todo los huesos seguirán como si nada. Para estos seguro se inyectarán células madre o serán objeto de mil operaciones para cuidar el glamour y salir con buen perfil en los posters y gallardetes que ensucian el paisaje cada tres años.
Por lo pronto, esos acaparadores de los huesos con carne ya comenzaron a  repartirse lo que viene. Y no sólo para ellos, sino para sus hijos, esposas y amigos.
Al estilo de, por ejemplo, Rabindranath Salazar, cuyo cuate heredó un verdadero desastre en la alcaldía de Jiutepec (deudas enormes, para empezar) pero por esa amistad-complicidad ni dice nada y se aguanta como los machos, porque de no haber sido por tal relación no tendría otros tres años de comer con manteca, luego de sus años al frente del agua potable de Jiutepec y las dudas que aún pesan sobre ese periodo.
Los panistas luchan a brazo partido para hacer una alianza anti natura con el PRD, parte de cuyos militantes si quieren.
Los priistas están a la espera de ver qué cargo de elección podrán buscar para decidir a cuál partido cambiarse.
Y los electores, como decía, se nos acaban las referencias a la hora de elegir.
Y eso, aquí y en cualquier país civilizado, es terrible.

A los dos

Ayer Javier Bolaños Aguilar, ese suertudo veracruzano que se sacó el premio mayor cuando hizo amistad con Sergio Estrada Cajigal, dio un público respaldo al director del Transporte -el árbitro Francisco Alva Meraz- para que siga en el cargo a pesar de las críticas que acumula, pues es evidente que no sabe hacer las cosas que se supone conoce porque de eso cobra, y bastante bien.
Si las malas lenguas dijeran la verdad, entonces el respaldo de Bolaños Aguilar sería el respaldo al negocio que dicen se hace desde la dirección del Transporte.
Pero mejor démosle el beneficio de la duda y dejemos los malos pensamientos a un lado.
Pero eso significa que, apurado como está Bolaños en negociar en torno a una mesa de cantina todo los problemas de Morelos, no ha tenido tiempo de enterarse de lo que realmente hace –o deja de hacer- ese tristemente célebre árbitro, vendido a los intereses del gremio que debe controlar, según sus detractores, que son muchos.
Y esa ingenuidad del subsecretario de Gobierno no es por falta de tablas, sino por exceso de desgaste. Ha estado demasiado tiempo cerca de las mieles del poder y el puesto menor que hoy tiene no tiene tantas herramientas para resolver los problemas cómo antes.
Por eso sería sano que quitaran a Alva Meraz y de paso, para que no se sienta solo, a Bolaños. Una decisión salomónica.

Que alguien les diga

  Los días anteriores he platicado de la intención  de varios políticos de recurrir a un cambio de su imagen pública a través del asesoramiento experto de el Pingo, ese perro que ocupa todo el espacio de esa columna y que vive en la casa de ustedes con la firme convicción de que es el amo.

Hasta donde tengo entendido, la mayor parte de quienes reclaman su servicio son panistas y perredistas, porque los priistas aún viven en el ensueño de que la gente los ha perdonado de todos sus excesos.
Hoy muchos de ellos han encontrado la manera de regresar al “servicio público”, como le llaman a estar conectados de nuevo a la nómina. Otros no han tenido tanta suerte pero reaparecieron en la política, con la esperanza de agarra más temprano que tarde un hueso, aunque sea con poca carne.
Pero en la nómina o no, todos ellos piensan –creo que en mucho tienen razón- que el de Morelos es un pueblo sin memoria y que por lo pronto ya están perdonados. Por lo tanto, creen que no necesitan cambio de imagen, sino que se venden al elector por ser lo que son.
Claro, lo mismo han llegado a pensar los panistas, que en apenas una década en el ejercicio del poder la regaron tanto como los priistas en 70 años.
Pero ese no es el punto, sino que no hay nadie con el suficiente valor para decirles a todos ellos, tricolores y blanquiazules, la verdad: que a los ojos de un ciudadano normal están más quemados que las promesas de Francisco Alva Meraz de combatir al pirataje en el transporte.
Y viven, tristemente, tan campantes. La mala es que lo hacen a cuerpo de rey y con todo pagado por sus tarugos, una forma elegante de llamar a los ciudadanos que gobiernan. Es que en esta columna no hay espacio para las malas palabras. Ni para las buenas.

Maquillajes

  Ayer les platiqué que por lo menos un político ha buscado la asesoría de Pingo –el perro que en la casa de ustedes se siente el amo y que ha demostrado grandes dotes como politólogo- para tratar de mejorar su imagen.

Platiqué incluso que esa asesoría fue solicitada al viejo estilo de los caciques priistas –casi se llevaron al Pingo de “aguilita”. Parecía un secuestro que al final no se pudo consumar- porque se nota la prisa por ofrecer al público, a la clientela –así nos ven esos hijos de… su madre- una imagen renovada y triunfadora y qué mejor que obtener la opinión de quien se dedica a estudiar con mucho empeño a esos raros seres sin corazón que son los políticos.
Pero hay un problema: esta columna refleja lo que piensa el Pingo en condiciones naturales. Son sus pensamientos espontáneos, sin presión y sin apremio.
Porque cuando al multicitado perro le es solicitada su opinión sobre el tema que sea, entonces le pasa lo mismo que a los humanos. Su ego se le infla y entonces opina en exceso. Y allí pierde el toque.
No sé si atribuirle a Pingo las conductas asumidas por políticos como Víctor Saucedo Perdomo, que luce canas como si fueran sinónimo de experiencia y conocimiento (pero también de que los años no pasan en balde). O de el secretario general de la Sección XIX del SNTE, Luis Manuel Rodríguez Olvera, que utiliza poses de mucha gravedad o de magnanimidad absoluta cuando comparece en público.
Tampoco tengo la certeza, pero quizá no esté mal encaminado cuando Julio Espín Navarrete (paisano de Pingo, pues ambos son de Puente de Ixtla) se pone serio y formal y no suelta sus trajes cuando antes no era tan formal.
No lo sé, pero creo que los consejos del Pingo -en su versión desaforada- son utilizados por el mismo Felipe Calderón, y no me refiero al modelo de lentes que ahora utiliza, sino a que ha decidido combatir los problemas económicos y los malos indicadores con ¡maquillaje!, según acaban de probar investigadores, que atribuyen la baja en el índice nacional de precios al consumidor a que cambiaron la forma en que se mide la inflación, no que a el costo de la vida realmente haya bajado.
Como ven, Pingo puede convertirse en un dolor de cabeza, sobre todo cuando los políticos de hoy voltean a verlo para conseguir sabios consejos en materia de imagen y capacidad de comunicación.
Suena terrible. Lo peor es que lo es.

Cuestión de imagen

Ayer les hablé de la poca importancia que dan los políticos de ahora a la conservación de su dignidad y de su buena fama, ya que con sus acciones no pueden tener ni la una ni la otra, a diferencia de otros periodos no tan lejanos en la historia de México, cuando Copn mucha hipocresía los políticos priistas se las ingeniaban para reflejar rasgos positivos de su personalidad, a fin de que la gente los tuviera como cultos, caballerosos, diplomáticos, sagaces y cosas por el estilo.

La alternancia en el poder acabó con esas aspiraciones. A Sergio Estrada ?nuestro ejemplo de ayer- le halagaba más que la gente lo reconociera como ?Sergio el bailador? que como un hombre de Estado y en general quienes llegaron al poder a partir del año 2000 -comenzando por Vicente Fox- les importaba más que la gente los considerara ricos -luego de no serlo- que cualquier otro calificativo más brillante.
Pero ahora creo que la tendencia va a cambiar, pero me horroriza como es que se dará ese cambio.
Resulta que Pingo (el perro que en la casa de ustedes se siente el amo y cuya foto pueden ?apreciar? en el blog de su servidor) ha recibido varias visitas misteriosas y un tanto forzadas.
De hecho, alguien se lo trató de robar y le dio un buen susto. Como no hay nada oculto bajo el sol, no faltó quien nos dijera que el presunto secuestrador era el ayudante de un político muy conocido del blanquiazul. Con esa pista fue muy fácil indagar el motivo de la fechoría (en realidad les habría pagado porque se llevaran al latoso perro, pero hicieron las cosas de otra manera) y para mi sorpresa fue un intento por hacer uso de las ?cualidades? del Pingo como politólogo consumado (al menos él así se considera). En pocas palabras, lo trataban de consultar respecto a cómo mejorar la imagen del político, cuyo nombre me reservo.
Pero bueno, mañana les daré más detalles de esta historia.

La forma es fondo

Anteriormente, el honor y la dignidad eran valores que se apreciaban mucho en la política. Claro, en la época del PRI esa apreciación era ejercida hipócritamente, porque no les daba pena robar, sino que los agarraran, pero   en general los políticos buscaban preservar su imagen, que generalmente cultivaban para que la gente los considerara cultos, amables, corteses y no sé cuántas cosas más.

Luego llegó la época de los políticos golpeadores, a los que les valía muy poco lo que la gente dijera de ellos. De esa camada son Manlio Fabio Beltrones, José Guadarrama Márquez y otros políticos que forjaron su carrera a base de ganarse a pulso toda clase de motes y calificativos, mientras ellos siguieran enchufados a alguna nómina federal.
Por supuesto, en Morelos tenemos nuestra propia lista, en la que figuran personajes como Luis Manuel González Velazquez, por ejemplo, que va a todas y la ignominia es una parada recurrente en su currículum.
Y eso era en los tiempos del PRI. Actualmente la alternancia en el poder y la eterna búsqueda de la democracia nos ha llevado a que ese precepto, el de la imagen se haya perdido para siempre.
A los políticos ya no les importa guardar las apariencias de nada.
Y no importa la jerarquía, pues Sergio Estrada enfrentó el juicio de la Historia -que pensaba no existía- desde su cambiante estado de ánimo y de ideología. Hoy quiere recuperar la imagen que llegó atener cuando ganó su primera elección, pero los agraviados que dejó por el camino difícilmente lo permitirán.
En política la forma es fondo, según el dictamen de Jesús Reyes Heroles y hoy los políticos no guardan el fondo, menos la forma. Y eso, quiérase o no, ha contribuido a que se acelere la descomposición de la política.
¿Qué por que decimos esto? Si me leen mañana lo sabrán.

Alcaldes exhibidos

Titulo de columna: El poder y la gloria
Primero una disculpa por la falla de ayer, provocada por el exceso de trabajo. Pero ya estamos aquí, para comentar la manera en que la delincuencia ha exhibido la incapacidad de muchos alcaldes para gobernar. Lo más evidente fue la destrucción de dos cajeros automáticos instalados en el edificio de la presidencia municipal de Miacatlán, un acto delictivo detectado por la central de alarmas de uno de los bancos afectados y comunicado oportunamente a la policía del lugar, que no hizo nada por obstruir una operación que no tardó ni uno ni dos ni tres minutos.
Nadie intervino para detener a los delincuentes, que actuaron con total impunidad en la tierra que “gobierna” por tercera vez Ángel Rivera Bello, que a su vez se alterna la silla de alcalde con otros parientes.
Además de la falta de efectividad de la Policía, es evidente que ha quedado claro que en ese municipio existe un vacío de poder muy grave, que debe ser resuelto.
No es el único caso, desafortunadamente.
Lástima que los compromisos y la complicidad mutua impidan que, por ejemplo, desde el poder legislativo se tomen acciones correctivas que se pueden tomar.
De la acción cívica de los partidos, ya mejor ni decimos nada.

Guerras

Todo indica que la posición por fin le tomé la medida al gobierno y los meses que siguen serán de cobro acelerado de las facturas pendientes, la mayor parte originadas en agravios innecesarios cometidas por funcionarios públicos que ni siquiera siguen en el organigrama estatal, como Sergio Álvarez Mata, cuyo manejo de la crisis magisterial de hace dos años hoy obliga a Oscar Sergio Hernández Benítez a trabajar horas extras para tratar de apaciguar a los profesores jubilados, que tienen tras de sí la furia vengadora de Ana Lilia Ibarra, quien en su momento fue maltratada por el senador.
Y lo mismo pasará en muchos frentes que permanecieron latentes y que hoy serán abiertos con entusiasmo, especialmente por priistas y perredistas, que por otro lado, en lugar de perder ganan, luego de que por meses habían sido blanco de ataques llegados por todos lados.
Por supuesto, ene se enfrentamiento los perdedores están claramente identificados y no hay duda sobre su suerte. Claro, somos nosotros, los tarugos, digo, los ciudadanos que vemos indolentes como los políticos hacen y -literalmente- deshacen todo lo que les cae en su manos.
Y ante eso, no hay remedio.

A la izquierda

De repente y sólo por inercia, el Congreso local como institución recupera el protagonismo que había perdido. Ahora varios asuntos de la agenda política pasan primero por el Legislativo, que en su conjunto es tomado en cuenta pese a que las acciones desperdigadas de sus integrantes terminarán –casi seguramente- de volver a regresarlos a su justa dimensión.
La protesta de los profesores jubilados, que el SNTE ya abanderó como suya, cobró fuerza en la sede legislativa, a donde han ido a parar asuntos tan disímbolos como la inseguridad, los despidos en las alcaldías o el incremento al predial en Cuernavaca, por citar algunos ejemplos.
Sin embargo, la falta de una agenda común entre los priistas y la necesidad de protagonismo de los grupos minoritarios hace que sean estos los que le roben los reflectores al grupo supuestamente hegemónico.
Y como los del tricolor son los únicos con capacidad para llevar a cabo acciones concretas –todos los demás son comparsas, excepto cuando se requiere de mayoría calificada, o sea, veinte votos para aprobar algo- pues pocas cosas se pueden resolver desde el Poder Legislativo, excepto cuando media la presión mediática y todo mundo quiere lucir como héroe.
Pero fuera de eso, los legisladores mantienen su terca postura de pasar a la Historia (o la historierta) como ejemplos grandiosos de lo que significa ser un cero a la izquierda.