Sin militantes
Hoy estuve a punto de escribir que a los partidos políticos los militantes se les habían salido de control, en relación a los cada vez peores pleitos entre el PAN y el PRI, que han sacado de balance a los gobiernos estatal y municipal de Cuernavaca.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ni el PAN ni el PRI tienen militantes, sino empleados y aspirantes a serlo, a tener un ingreso garantizado a través de los méritos que pudieran hacer y no por convicciones políticas, menos para cambiar el mundo o ayudar a sus semejantes.
El único partido que está comprobado que tiene militantes incondicionales es el PRD, pero hoy viven en la oscuridad pués sólo sirven de carne de cañón para sus dirigentes o representantes, a la espera de un milagro que regenere a ese partido, que como tal -a pesar de esos sufridos militantes- técnicamente no existe, excepto como propiedad –a partes iguales- de Graco y de Fidel Demédicis.
Pero regresó al punto: no hay militantes descontrolados dentro del PRI o del PAN. Hay empleados que saben lo que hacen porque para eso les pagan.
Lo que no hay es liderazgo ni inteligencia (y si la hay, está muy escondida, porque no la veo por ningún lado) para determinar que el pleito que los enfrenta sólo perjudica a la población en general, que ya se ha dado cuenta de tal cosa.
Por supuesto, se requiere un poco de neuronas para notarlo. Y no es el caso.
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