domingo, enero 16, 2011

Espejito, espejito...

Desde este espacio me he referido incontables veces al distanciamiento entre los políticos de este país y sus electores. Los intereses de los que gobiernan ya nada tienen que ver con los intereses -o algo más simple: las necesidades- de los gobernados.

Cada tres años los ciudadanos sólo pedimos -infructuosamente- que quien gane no sea peor que quien está por dejar el poder.
Sin embargo, los políticos no temen al castigo -ellos manejan el aparato de la ley- porque se imaginan que sólo enfrentan aquello que marca el código penal y, si acaso, alguna sanción administrativa.
Sin embargo, la respuesta puede estar en Túnez, un país del norte de África que acaba de cambiar de presidente luego de algunas semanas de revueltas, principalmente de jóvenes cansados de no tener futuro y de ver como su clase política se quedaba con todos los recurso de la nación.
De repente salieron a las calles hartos de no tener opciones laborales y que ni siquiera cuente tener estudios, porque todos los recursos se los quedaban los políticos y los parientes de la esposa del presidente Zine el Abidine Ben Ali, quien ya puso tierra de por medio.
La protesta al final incluyó a toda la población y hay fotos de soldados y policías abrazados a la multitud cuando se enteraron de que el corrupto gobernante había escapado.
Los tunecinos no saben a qué se enfrentan, pero los jóvenes sabían que en el régimen anterior su futuro era negro, por lo que no tuvieron miedo luego de que uno de ellos -el que literalmente encendió la mecha- se prendió fuego como protesta.
Por supuesto que no quiero un futuro así para mi país, por eso lo señaló, para exponer una situación social en donde la población ya no tenía ninguna forma de comunicación con sus gobernantes, justo como nos puede pasar con los políticos, que derrochan el presupuesto, se pagan los salarios que quieren, trabajan lo menos posible y no escuchan. Sólo fingirán hacerlo el año que viene, cuando haya elecciones.
Y lo mejor que deberían hacer es verse en el espejo adecuado y no en el que ahora usan, que se las pasa adulándolos cuando le preguntan: “espejito, espejito, ¿quién es el más hermoso”? y el pobre espejo, resignado, les contestará una y otra vez “tu, por supuesto”, por lo menos hasta que llegue el proceso electoral y les pueda decir, lleno de felicidad: “el candidato que te va a suceder, por supuesto”.

Sin iguana verde

  Pingo, el perro que en la casa de ustedes se siente el amo y que además tiene aptitudes de politólogo (por lo menos así lo piensa él) se encuentra triste debido a que un descuido de su servidor alejó a su compañera de aventuras, la iguana verde.

Resulta que la citada iguana es feliz (terriblemente feliz) cuando devora las rojas flores de mi tulipán, un arbusto que en los últimos meses se había extendido demasiado y ya no dejaba espacio para nada que no fueran sus ramas. Por un momento olvidé que ese era el paraíso particular de la iguana verde y con argumentos prácticos di la orden tronante de que lo podarán. Y lo podaron. Sólo quedaron unas ramitas y de repente la casa de ustedes se llenó de espacio y de luz.
Pero se nos olvidó la dichosa iguana, que con sus aires de diva no ha vuelto, porque era puro interés lo que la guiaba. Como no hay ya ninguna de sus (mías en realidad) flores rojas preferidas, pues no pone ninguna de sus patas por ahí, lo que ha llenado de tristeza y melancolía al Pingo, ya que el reptil le hacía segunda en sus extrañas ideas encaminadas a estudiar una parte del género humano que se dedica a dañar al resto de la humanidad. Por supuesto, esa es una clara y contundente referencia a los políticos, tan destructores como ese machete que acabó con el tulipán.
Ahora el Pingo deberá esperar a que tenga flores otra vez para contar con la verduzca compañía que hoy extraña. Ni modo.

Analíticos

  Los transportistas de Morelos comienzan a calentar el ambiente con vistas a su reclamo principal, el de una nueva tarifa del transporte, para aprovechar el regalo que les dio el entonces legislador y hoy director del ramo, Francisco Alva Meraz, promotor de la ley vigente que contempla una revisión tarifaria de cada año.

Los conflictos internos entre grupos de transportistas que llegan a afectar el servicio público ayudan a los dirigentes a evaluar la capacidad de intervención de las autoridades estatales. A mayor pasividad, más alas para llevar a cabo protestas que les permitan cobrar lo que quieren y no lo que deben.
De hecho, los concesionarios tratan de repetir el abuso que se escenificó cuando les aprobaron la tarifa actual, que se incrementó más allá de los límites de la lógica y de la decencia, pues pasar de cuatro pesos con cincuenta centavos a cinco cincuenta fue aceptar un incremento, así, de golpe de 22 por ciento.
La naturaleza odia los espacios vacíos. Y eso es de aplicación general.
Por eso, los gandallas (perdón, quise decir los transportistas) analizan con detalle hasta donde puede llegar la autoridad en caso de que se inconformen lo suficiente como para causar trastornos a los usuarios, la cadena más débil del eslabón.
Y eso es cuestión de poco tiempo.

domingo, enero 09, 2011

¿Será…?

Pingo, el perro que en la casa de ustedes se siente el amo y que además tiene espíritu de politólogo, señaló la semana pasada su desconcierto ante el comportamiento humano, por lo menos de los humanos que viven cerca de él, porque dice no entender cómo es posible que se le dé todo el dinero y todo el poder a los políticos que han mostrado carecer de escrúpulos y de honradez.


Explica que no se necesita ser muy listo para haberse dado cuenta desde la primera vez que si los políticos saqueaban –como lo hacen- los recursos públicos, bastaba con cambiar las leyes para meter en la cárcel a quien se atreviera a dañar el presente y el futuro de los demás. Y sanseacabó-

No entiende por qué nos escucha quejarnos una y otra y otra vez de lo mismo: que estamos rodeados de políticos corruptos, que todos los políticos tienen a la familia completa en la nómina, que usan el dinero público para promoverse, que no trabajan, que cobran mucho aparte de lo que roban y una larga lista que él ha identificado.

Pingo, en un momento de reflexión frente a la computadora.
Él (a quien puede ver frente a su computadora en mi blog oscardavismtz.blogspot.com) tiene siete años de edad biológica, pero en el equivalente a vida humana tendría más de cuarenta, con todo lo que en experiencia, conocimiento y energía eso implica (o sea que está en la flor de su edad) y le ha tocado conocer los procesos electorales del 2003, del 2006 y del 2009.

Dice que en cada ocasión ha visto lo mismo: candidatos que ofrecen el cambio, ser diferentes. Luego, cargos electos que se comportan como auténticos patanes porque tienen el poder; después, ex funcionarios desprestigiados, con el mote de rateros pero con mucho dinero y luego el ciclo se repite cada tres años.

Y se pregunta –así lo dijo- que si bien los humanos consideramos a sus congéneres “seres irracionales” ¿no serán otros los irracionales?

El malvado se atrevió a lanzar otra hipótesis de su autoría: ¿Será que la comida chatarra no sólo engorda sino también ataruga?

En lugar de molestarme por lo que dijo, he decidido ponerme a reflexionar.

Perro…


jueves, enero 06, 2011

De regreso a sus cuarteles

  Durante el conflicto magisterial, los grupos más radicales del panismo estatal usaron la coyuntura para salir a la luz pública y mostrar su capacidad de movilización.


Arropados en infinidad de membretes que no son más que eso, los ultras salieron a las calles y repitieron sus movilizaciones en el proceso electoral del 2009, seguros de que se consolidarían en el papel que ellos mismos se atribuyen.

Sin embargo, los electores dijeron otra cosa y los mandaron a su casa, con una espantosa derrota que mostró el nivel de hartazgo que provocaron con sus excesos.

Por supuesto, lo mismo debe decirse que le pasó al PRD local, que pagó por el saqueo que cometieron sus ediles. Los únicos que no pagaron fueron, precisamente, los ediles saqueadores (incluido el que recibió como premio una diputación).

Pero seguimos con el PAN: los grupos radicales encontraron en la calidad de los asesores de Manuel Martínez Garrigós el pretexto para salir de nuevo a la calle, ahora de la mano de las huestes graquistas, que no perredistas.

Y se les ha visto la misma enjundia con la que se fueron encima de los profesores que realizaron un largo paro de labores. Hoy protestan contra el incremento al predial, contra las consecuencias de las obras públicas mal planificadas y contra todo aquello que les indiquen sus altos mandos, que parecen no ser ya los altos mandos del panismo.
El tropezón del miércoles les dolerá, porque se verán obligados a frenar sus ansias de estar en la calle, bajo riesgo de ver rudas reacciones del PRI.
Pero más allá de eso, la forma en que hicieron acto de presencia al despuntar el 2011 muestra que no aprenden de sus propios errores, porque utilizan las mismas técnicas que no les dieron un solo voto en el 2009. Al contrario.
Por lo pronto, la espera a la que deberán someterse les parecerá larga y asfixiante, pero tienen que acatarla para no agravar las cosas.



Cínicos

La afición principal de los perredistas morelenses (aparte de ser los criados de Graco Ramírez o de Fidel Demédicis) es aparecer como convidados de piedra en todos los asuntos trascendentales para la entidad.
Desde que perdieron la brújula (cuando su partido se convirtió en una sociedad con dos propietarios, los arriba mencionados) sólo se dedican a administrar los retazos de carne que lograron obtener en la repartición electoral y a justificar lo injustificable, como ocurre en Jiutepec, donde el actual alcalde –con sus propias cuentas pendientes- carece de recursos por las deudas que le dejó otro perredista, su padrino el hoy diputado Rabindranath Salazar Solorio.
Dicen que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta, pero como no es el caso en ese partido, pues poco pueden hacer para participar activamente en la discusión, ya no digamos en la búsqueda de soluciones, de los graves problemas que afectan a la entidad.
El PRI, por su lado, acaba de agarrar su segundo aire, ahora que tienen una mejor coordinación y se dan el lujo de mostrar fuerza.
El PAN se cura en salud y se amarra el dedo antes de cortárselo. Aunque dicen apoyar las acciones de su líder máximo, mencionan que por esos mismos actos perderán votos.
Así es que el divorcio entre partidos y ciudadanos se mantiene en este inicio del 2011, a unos meses apenas de que esos mismos partidos pongan su cara de palo ante el electorado para pedir el voto que la mayoría no se merece.
Pero como no hay alternativas, menos la posibilidad de promover candidaturas ciudadanas, pués siguen cínicamente con su misma actitud.

miércoles, enero 05, 2011

Cínicos

 La afición principal de los perredistas morelenses (aparte de ser los criados de Graco Ramírez o de Fidel Demédicis) es aparecer como convidados de piedra en todos los asuntos trascendentales para la entidad.
Desde que perdieron la brújula (cuando su partido se convirtió en una sociedad con dos propietarios, los arriba mencionados) sólo se dedican a administrar los retazos de carne que lograron obtener en la repartición electoral y a justificar lo injustificable, como ocurre en Jiutepec, donde el actual alcalde –con sus propias cuentas pendientes- carece de recursos por las deudas que le dejó otro perredista, su padrino el hoy diputado Rabindranath Salazar Solorio.
Dicen que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta, pero como no es el caso en ese partido, pues poco pueden hacer para participar activamente en la discusión, ya no digamos en la búsqueda de soluciones, de los graves problemas que afectan a la entidad.
El PRI, por su lado, acaba de agarrar su segundo aire, ahora que tienen una mejor coordinación y se dan el lujo de mostrar fuerza.
El PAN se cura en salud y se amarra el dedo antes de cortárselo. Aunque dicen apoyar las acciones de su líder máximo, mencionan que por esos mismos actos perderán votos.
Así es que el divorcio entre partidos y ciudadanos se mantiene en este inicio del 2011, a unos meses apenas de que esos mismos partidos pongan su cara de palo ante el electorado para pedir el voto que la mayoría no se merece.
Pero como no hay alternativas, menos la posibilidad de promover candidaturas ciudadanas, pués siguen cínicamente con su misma actitud.

martes, enero 04, 2011

Liborio lo confirma

Ayer, el secretario general del PAN en Morelos, el ya más que conocido Liborio Román Cruz Mejía, dijo que la lucha contra la delincuencia organizada le restará votos a su partido, pero aún así respaldarán a Felipe Calderón en su insensata guerra (y la insensatez no es por lo que combate, sino cómo lo hace.

Sin embargo, se le olvida a ese señor que no es lo único por lo que la gente ha dejado de votar por su partido, lo que creo prueba que las observaciones del Pingo (el perro con aires de politólogo que en la casa de ustedes se siente al amo) están bien encaminadas, pués el concluyó que los políticos ya no perciben la realidad.
Por lo menos Cruz Mejía piensa que los mexicanos en general y los morelenses en particular no nos damos cuenta de los escándalos de corrupción cometidos por militantes de un partido que llegó al poder bajo las banderas del cambio y del combate a la corrupción y que ha superado a sus maestros priistas.
Todo lo que ayer apareció en esta columna ha sido ratificado por las palabras de alguien que forma parte del sistema de cosas que aquí se critica y que actúa tal  como se ha señalado.
Si somos pesimistas eso significa que los políticos no tienen remedio. Desde el lado del optimismo quiere decir que hay mucho material para esta columna y para quienes en ella intervienen, principalmente Pingo y su compañera la iguana verde (en el blog de su servidor puede usted buscar las fotos de seres que parecen irreales pero que son de carne y hueso y un pedazo de pescuezo) y que son terribles críticos del quehacer público en la entidad.
El Pingo –señalaba ayer- no alcanza a comprender cómo es que dejamos a los político sueltos y cerca del dinero, cuando deberían estar amarrados y lejos de donde provocan tanto mal.
Y eso es, ya lo creo, indudable.

Duras observaciones

  Pingo, el perro que en la casa de ustedes se siente el amo, pidió sus vacaciones decembrinas para hacer lo que más le gusta, estudiar a los políticos, unos seres que a su juicio deberían ser motivo de ançlisis para que la gente pudiera protegerse del daño que causan.

Dentro de su gran ingenuidad (no tiene los prejuicios tan propios de los humanos) él considera que ese pequeño pero letal sector de la poblaciùn debería estar confinado donde no pudieran afectar a sus compatriotas, por lo que no entiende cùmo es posible que en lugar de eso los pongamos donde más daño pueden hacer.
Indica que darles dinero para que lo usen a su criterio es de locos, pues los políticos han demostrado no tener criterio, pero sí muchas ambiciones.
Pingo también observa que sus objetos de estudio, esos seres sin corazón, carecen de escrúpulos a la hora de elegir a quién salvar, ya que siempre se salvan ellos.
También indica que no hay diferencias trascendentes entre ellos, ya que aunque técnicamente los hay de diferentes ideologías y de distintos partidos poíticos, lo cierto es que en realidad son una clase social aparte que defiende los derechos ganados a golpe de corrupción, como el famoso derecho a cobrar noventa días de aguinaldo que tanto defiende Julio Espín, el paisano de Pingo -ambos son de Puente de Ixtla- y que por lo mismo la gente no puede esperar que alguien de la actual clase gobernante venga  a salvarnos de los destrozos de sus colegas.
Todo lo anterior es apenas un apretado resumen de lo que el inteligente can percibió en sus andanzas. Hoy vive desconcertado, porque no entiende como la mayoría de la gente se deja utilizar por una minoría muy menor -así dice- que no protesta, que no reclama y que sólo se lamenta y alza la voz cuando el político en turno ya saliù de su cargo con la bolsa llena, así como la de sus parientes y amigos.
Y su conclusión no es muy saludable para quienes no somos políticos, lo que incluye a la mayoría de los lectores de esta respetable columna. Pingo, como buen perro, tiene casi todo su cuerpo cubierto de pelos, menos en la lengua. Por eso mejor me abstengo de reproducir lo que dijo acerca de esos ciudadanos que soportamos a los políticos.
Mejor mañana seguimos.

domingo, enero 02, 2011

El que avisa no es traidor

 Comenzamos de lleno el año preelectoral. Los políticos, que no respetan nada, menos lo harán ahora que estamos a poco más de un año de la fecha en que cambiaremos, gobernador, diputados locales, presidentes municipales, presidente de la república, diputados federales y una parte de los senadores. Ni más ni menos.


Para colmo, el presidente de la república actúa más como presidente de su partido que como titular del Ejecutivo nacional, lo que calienta los ánimos de sus opositores y radicaliza sus posturas, ya que nadie quiere quedar al margen de la promoción que pueden obtener y la rentabilidad a cualquier precio.

En resumen, hoy empezamos un año revuelto.

Los partidos políticos se la pasarán los doce meses señalando los numerosos errores de la administración panista (la peor, empezar una guerra sin preparase para ganarla) mientras ésta a su vez tratará de seguir negando la realidad y publicará mas cifras falsas sobre crecimiento, desarrollo y pacificación.

Pero aquí es dónde entramos los ciudadanos.  Porque si retrocedemos un centímetro más de lo mucho que ya lo hemos hecho, habremos desaparecido del mapa.

Y bueno, como las instituciones ya no nos permiten mucha participación porque son propiedad (botín) de los políticos, sólo nos queda la ironía y el humor.

Eso significa (tiemblen, políticos) que Pingo (el perro que en la casa de ustedes se siente el amo)  la iguana verde (su compañera de aventuras) y toa la fauna que puebla esta columna tendrá un 2011 muy agitado.

Por lo pronto, hoy fue su última días de vacaciones..