lunes, julio 25, 2011

Ya comienzan a salir

El único poder que ahora tiene Maricela Sánchez Cortés es económico, derivado de la indebida asignación de recursos federales que le hizo el gobierno de Vicente Fox a cambio de que dejara de hacer sus tropelías, cuando tenía fuero.
El manejo de cuantiosos recursos provenientes de programas sociales le permitió contar con “seguidores” interesados -más que interesados, porque con dinero baila el perro- que hasta la fecha constituyen su última reserva de fuerza, que no es poco.
Doy por hecho que esa energía también la aprovecha su pareja, y ambos –en realidad ella- negocian sobre esa posición de fuerza que en realidad está sobrevalorada, porque bases, lo que se dice bases, tiene muy pocas. Por lo menos no tan fieles, si exceptuamos a algunos diputados y ex diputados.
Pero es el mismo caso de Graco Ramírez, que carece de bases de apoyo pero se mueve como si las tuviera, con una estructura llena más de aire que de militantes, pero sin embargo se le trata electoralmente como firme aspirante a la candidatura a gobernador porque sale en la tele o su cara está en muchos anuncios.
Y no son esos ejemplos los únicos. La credulidad de los morelenses hace a la entidad fácil presa de simuladores. No por casualidad aquí han ocurrido periódicamente fraudes masivos de todo tipo, desde Saúl Chavelas y su “casa de bolsa” hasta las “bolitas corium” o el caso Heron México que tiene a una persona presa en Atlacholoaya, todo citado así, de carrerita.
Quizá eso signifique que en Morelos conviven y medran dos clases de defraudadores: los más tontos (pero más listos que sus víctimas) son aquellos que sólo van por el dinero. Los más dotados para el fraude son aquellos que primero se hacen políticos y luego van tras los billetes, pero ya protegidos con el manto de impunidad que da el vivir a costillas de los demás, que en esencia también es otro fraude cuando no se retribuye en alguna ganancia para la sociedad.
En conclusión, los farsantes han hecho de Morelos su tierra, su paraíso. Y con vistas al 2012, los que estaban ocultos -por pena, seguramente- comienzan a salir a la luz del día.
Y eso, para los morelenses, no augura nada bueno.

Otro motivo de preocupación


 El viernes anterior señalaba en este espacio –una vez más- el agobiante problema que quienes gobiernan han creado al endeudar sin límites a los Ayuntamientos.  Sin embargo, no abordé otro tema igual de preocupante, que a pesar de que se ha hecho costumbre, no termina de gustarme.
Me refiero al sobreprecio de la obra pública, que sale carísima desde que Sergio Estrada Cajigal “modernizara” el sistema, con la “asesoría” de Noé Sánchez Cruz y Javier Bolaños Aguilar.
Hasta la obra más insignificante vale millones, empezando por las carreteras.  Si sumamos la combinación de elevado (elevadísimo) gasto corriente y obras infladas, pues el dinero no alcanza para casi nada.
Sin embargo, lo que llaman el diezmo, el pago del diez por ciento de la obra asignada como beneficio para el funcionario que decide, es otro pesado fardo sobre la espalda de los ciudadanos.
La gallina de los huevos de oro, el dinero público, ya no puede más. Inflarla artificialmente (a la gallina) con endeudamiento sólo complica el futuro a corto plazo, no se diga en la lejanía.
Los que pueden cambiar ese estado de cosas no tienen interés, porque se verían perjudicados. Pero lo tienen que hacer. A las buenas o a las malas.

jueves, julio 21, 2011

Otra crítica destructiva

Normalmente escribo en  el trabajo, pero ahora decidí redactar esta columna en la casa de  ustedes, aprovechando lo que pensé serían minutos de paz y tranquilidad, pero nada más alejado de la realidad, ya que en un santiamén Pingo –el perro de esta familia que nunca se ha sentido mascota sino amo- me vio en la computadora y decidió  acercarse a opinar, como siempre, de los temas que considera son de mayor interés.

Por supuesto que ya sabía de lo que iba a escribir, pero este animal –ni tan animal- metió su cuchara y no me quedó otra salida que escucharlo y tomar sus ideas, pues de otra forma no me dejaría en paz.
Y su tema no era cualquier tema. Me indicó –ya casi era orden- que lo que más quiere saber la gente, lo que más le preocupa, es la cuestión económica.
Que más allá de de las declaraciones triunfantes de los funcionarios que hablan de quien sabe cuantos miles de empleos creados (que solo ellos ven) y de indicadores de avances construidos para que salgan positivos, lo cierto es que la gente busca por todos lados señales de la recuperación tan cantada y tan inexistente.
Pero fue más claro y preciso al señalar que los datos de que dispone –así dijo- hablan de la necesidad de frenar el endeudamiento  gubernamental a todos los niveles, ya que ha sido con deuda como los que gobiernan han mantenido las cosas en su lugar.
Endeudarse es traer dinero del futuro al presente, pero cuando se rebasa la capacidad de pago, es dejar al futuro sin dinero. Y por eso me preocupa lo que ha dicho Pingo. Alcaldías como Cuautla, Temixco, Zacatepec, Puente de Ixtla y Jojutla han rebasado ya esa capacidad y aparte no reducen su  gasto corriente. Gastan más cuando tienen menos.
De acuerdo a la advertencia del Pingo, las próximas leyes de Ingresos de losmunicipios estarán llenas de cobros nuevos y exorbitantes. No esraro pensar que el próximo año los ciudadanos comencemos a pagar a lo grande los excesos de quienes ahora son nuevos ricos y estaán impunes. Y eso, sin señales de que la economía en general mejore. Algo tenemos que hacer.






miércoles, julio 20, 2011

El plan de recuperación de la confianza

De forma que me pareció sorprendente, ayer supe que los aspirantes de todos los partidos políticos a un cargo de elección popular habían firmado un pacto de ética (y juego limpio) que tenía como objetivo recobrar el respeto de la ciudadanía. Su primer punto consistía en dejar el empleo público con aplicación inmediata, a fin de que nadie contara con ventajas indebidas y, sobre todo, no se usaran recursos públicos en la promoción electoral adelantada.

También incluía el compromiso de renovar completamente los organismos encargados de organizar las elecciones locales y federales, para colocar sólo a personas sin antecedentes de pertenecer a algún partido.
El punto tres del pacto contempla la modificación legal necesaria para que los gastos de los partidos y sus candidatos sea casi inmediata, o sea, que apenas pasarán unos días del ejercicio del dinero cuando ya se sabrá la legalidad del gasto, además de que todo el manejo financiero podrá consultarse en línea sin ningún contratiempo, para evitar primero usos indebidos del dinero público y al mismo tiempo impedir que sumas ajenas a las legales lleguen a las manos de los candidatos y sus operadores.
El punto cuatro incluye el compromiso de reducir la estructura gubernamental, para reducir el número de mandos medios y superiores de la administración federal, las estatales y las municipales, a fin de que las nóminas se reduzcan con la salida de los jefes y no de los empleados, al revés de como siempre se ha hecho.
El punto cinco se me hizo el más importante de todos, pero justo en ese momento desperté y volví a la realidad. Sólo en sueños muy alocados puede ocurrir semejante cosa, pues lo dicho antes va en contra de lo que hacen quienes nos gobierna que, al no tener llevadero, no temen romper la cada vez más delicada estructura social sobre la que subsiste este pobre, sufrido y resignado país.

martes, julio 19, 2011

De Benito Juárez al Ponchis

 Creo necesario señalar que el pasado lunes se cumplió un año más del deceso de Benito Juárez García, uno de los creadores intelectuales de esta nación y que representa el mismo diablo para quienes hoy gobiernan, porque hace muchos años le quitó muchos privilegios a sus ancestros.
Don Benito hizo de México una nación moderna comparada con el resto del continente, excepto Argentina, que creció a otro ritmo hasta ser un país desarrollado, el único que luego, por las secuelas de sus gobiernos militares, terminó como tercermundista, hasta la actualidad.
Pero una vez recordado el buen nombre de Juárez García es hora de hablar de nombres no tan buenos, como esos que se la pasan proclamando las bondades de sus acciones mientras miles y miles de nuestros jóvenes se van al mal camino por falta de una oportunidad que nos les llega, ya se apara estudiar o para trabajar
Lo que el presidente de la república se ha gastado en anuncios en lo que va del sexenio habría alcanzado para crear infinidad de escuelas o para apoyar a empresas que podrían haber dado trabajo a los chicos que hoy se dedican al asalto o a otro tipo de delitos.
El susto causado por la mala fama del Ponchis, supuesto multihomicida de trece años al que hoy se le juzga, no cambió en nada las políticas gubernamentales.
Mientras el secretario de Educación –por citar un ejemplo- está más ocupado en difundir sus aspiraciones electorales- la enseñanza queda en manos de la famosa maestra Elba Esther y sus parientes, lo que ha sido malo para México.
No sé cuántos Ponchis más habrá que conocer antes de que las cosas cambien. Aunque, si nos vamos a los extremos, aún en la peores condiciones es posible salir adelante y convertirse en persona respetable. Regreso a Benito Juárez, que nació en un alejado pueblo de montaña, quedó huérfano, era pobre, analfabeta e indígena en un país tan racista como el nuestro. Y aún así logró construir su brillante destino.

domingo, julio 17, 2011

Animal Planet


La férrea defensa que los directivos del SNTE en Morelos han hecho de su dirigente vitalicia (aunque ya no se otorgue ese título todo pinta a que eso es) hizo que el Pingo -el perro que en la casa de ustedes se siente el amo- aprovechara la ocasión para meter su cuchara y opinar (sabiamente, piensa él) de tan escabroso tema.
Para hacer sus críticas siempre busca una fuente, porque quiere que sus palabras tengan contundencia. Aunque para mi sorpresa su inspiración fue el canal de televisión restringida llamado Animal Planet, al que tan aficionado es el noble animal, (menos al programa del encantador de perros, que odia).
Pingo aseguró que no le sorprende nada lo que ha visto en la tele y en los periódicos porque es una conducta muy característica de los políticos, que todos los días ve, especialmente en los programas que tratan de la vida y milagros de los animales salvajes.
Dijo que allí observa cómo esas criaturas defienden con garras y colmillos su alimento y que ni por tantito se rinden a menos que de plano los derrote un rival más fuerte.
Indicó que en el caso de la maestra se da eso, que no hay quien le supere en las habilidades para sobrevivir a la ley de la selva y que por eso tiene el derecho (admito que Pingo lo dijo con ironía, no como una afirmación) de quedarse con todo el antílope que puedan comer.
El ruido desatado por sus declaraciones de que pactó con el actual presidente un reparto del poder es fuerte y no deja de tener repercusiones, pero el Pingo cree que fuera de eso no pasará nada, porque la selva necesita no gente honesta, sino quien garantice el orden y el control, por lo que quien manda seguirá mandando.
Todos los demás no dejarán de ser, lo ratificó el malvado Pingo, simple observadores sin derecho a opinar. Si acaso, a quedarse con las sobras del festín.

martes, julio 12, 2011

Buen cobrador

Vinicio Limón Rivera sería un caso para llevar a los morelenses al psiquiatra, si no fuera porque es parte de lo cotidiano, de la anormal normalidad en la que vivimos. Supuesto líder sindical aunque en realidad es administrador de la estructura clientelar de esa rama del PRI, hace unos días demostró en dos ocasiones que su negocio es otro: el chantaje y la extorsión.
Con los camioneros que forman parte de su mafia (u organización obrera, para el caso es lo mismo) acudió a Jojutla para tratar de bloquear calles para exigir que el alcalde le pagara lo que le debe a un amigo de Vinicio.
Allí, por supuesto, se enfrentó a la mafia regional que hoy controla la alcaldía de mi sufrido Jojutla.
Entre gitanos no se leen la mano. Inmediatamente hubo arreglo y Enrique Retiguín (cuyo hijo es el que gobierna en aquella alcaldía) aseguró que pagaría la deuda.
Supongo que al rato el presunto líder sindical (en realidad explotador de obreros) recibirá muchas ofertas de bancos y otras empresas que necesitan de buenos cobradores.
Eso en cualquier otro país con más decencia sería el colmo. Pero aquí es la terrible normalidad a la que tan acostumbrados estamos.

lunes, julio 11, 2011

Ya me pueden leer en su celular

En vista de que mis impacientes lectores no quieren esperar a llegar a su casa u oficina para acceder a los textos de este blog, he decidido habilitar la versión para dispositivos móviles.
Desde ahora, donde quiera que esté usted (siempre y cuando lleve la blacberry en la mano, claro está) podrá leer mis historias, lo cuál agradezco profundamente.

Cosas extrañas

Los que usamos el transporte colectivo estamos acostumbrados a que cada viaje sea o muy aburrido o de lo más insólito, cortesía lo mismo de los clásicos operadores del servicio que de la fauna de automovilistas empeñados en rebasar a la ruta que les quita segundos para llegar a su destino.
Arriba de la unidad también es igual, siempre hay algo extraño en algún momento del viaje, más allá del típico músico desafinado, el payasito sin gracia o alburero, el montador de toros con la espalda destrozada que por lo mismo no puede trabajar, el ex drogadicto que pide limosna en lugar de asaltar a los pasajeros (es su discurso habitual) y muchos seres extraños más.
Pero ayer me encontré lo que a mi juicio a sido el extremo total: en una de las paradas una voz al principio medio tímida le pidió permiso al conductor para subir.
Correctamente vestido, limpio y sano, el joven de veintitantos años guardó silencio unos segundos, de pie, en el pasillo, mientras los pasajeros (cada uno por su lado, por supuesto) nos imaginábamos lo que iba a decir. Podría ser un viajero al que le robaron su dinero y buscaba juntar para su pasaje de regreso, o alguien cuyo familiar estaba en el hospital y no tenía para medicinas o para sacarlo del nosocomio. O quizá tenía alguna discapacidad grave… No sé, había tantas posibilidades.
 Pero cuando comenzó a hablar con una voz correcta y bien entonada pero bajita, dijo que pedía porque era desempleado, ya que como “no hablaba bien”, no podía conseguir trabajo.
No había otra razón para pedir.
Vi que dos mujeres se compadecieron y le entregaron algunas monedas. Pero es cierto, sólo pedía dinero por su supuesta discapacidad oral que “le impedía trabajar”.
Con esa habilidad manifiesta para enfrentarse a un público desconocido y pedirle que le den dinero porque sí, ese joven tiene un futuro inmenso en la política local: para empezar no tiene vergüenza; además, no le da pena pedir a cambio de nada.
También debe anotársele como “cualidad política” que no teme decir cosas que son contrarias a lo que la gente ve en él. Y por si faltara algo, es (a mi juicio) un cínico. Todo lo anterior significa que puede ser el político perfecto, sólo que no ha sido detectado por los cazatalentos del PAN, del PRI o del PRD (en realidad de cualquiera de los partidos con registro, porque todos son iguales).
Lo malo para él es que los políticos “profesionales” ni por error viajan en colectivo ya que precisamente las habilidades que con ellos comparten les han permitido disponer de los recursos públicos suficientes para darse una buena vida, lo que incluye ir en coche hasta a la esquina. Y con chofer.
Ni modo, lástima por este hombre que no quiere trabajar de otra cosa.

domingo, julio 10, 2011

Tristeza


Pingo, el perro que en la casa de ustedes se siente el amo, está triste, muy triste. Sólo quiere escuchar en el aparato de música la canción Callejero, que le atribuye a Facundo Cabral, aunque yo en lo personal tengo la duda si no es de Alberto Cortés.
Pero Pingo piensa que es de Cabral, a quien le llora -casi aulla- pero no lo hace para no perder la compostura, aunque le cuesta cada vez más trabajo.
Dice que esa canción en lo personal (Callejero) le recuerda a un amigo que despareció el año pasado, envenenado por una mano cruel.
La canción habla de un perro que “era callejero por derecho propio/su filosofía de la libertad/fue ganar la suya, sin atar a otros/y sobre los otros no pasar jamás/.
El texto sigue: Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño/ que condicionara su razón de ser./ Libre como el viento era nuestro perro,/ nuestro y de la calle que lo vio nacer./ 
Era un callejero con el sol a cuestas,/ fiel a su destino y a su parecer;/ sin tener horario para hacer la siesta/ ni rendirle cuentas al amanecer.
Desde que supo que mataron al artista argentino el sábado a la hora en que casi salía casi de Guatemala –para entrar en guatepeor- Pingo ha sido víctima de la tristeza porque le recuerda que precisamente fue una mano humana la que acabó con la vida del Negro, un enorme y precioso perro, negro como la noche, callejero como él sólo, que de repente decidió adoptar a todos los vecinos de la calle donde se ubica la casa de usted e hizo propia la letra de la canción antes citada.
Y dice el Pingo que fueron manos humanas las que le quitaron la vida al argentino, como lo fueron las que envenenaron al Negro, y se pregunta por qué los humanos somos así.
No sé que responderle, no tengo palabras, ni siquiera para decirle que Facundo Cabral no escribió esa canción, sino muchas otras, entre las que se encuentra “no soy de aquí, ni soy de allá”. Pero no la de “Callejero”.
Prefiero dejarlo con su dolor, con su música, con todo aquello que seguramente le haré decir cosas peores de nosotros, los humanos, que a veces de eso no tenemos nada.

jueves, julio 07, 2011

A otro perro con ese hueso


 Pingo -el perro que en la casa de ustedes se siente el amo y que es aficionado a analizar con detalle al prójimo- se emocionó hoy cuando leyó por Internet los periódicos nacionales –es muy aficionado a Internet- porque dijo que tendría mucho material para lanzar sus ladridos en esta sección, que llegan a ustedes debidamente traducidos al español gracias a la magia de la tecnología.
Intrigado sobre el tipo de material que surtiría sus feroces críticas (casi siempre dirigidas a los políticos) me puse a indagar más y resulta que se había interesado en las palabras de Felipe Calderón, quien dijo que los tratos con la diabólica (palabras de Pingo, que también asumo) maestra Elba Esther Gordillo que le dio buenos cargos públicos a su gente habían sido hechos por Vicente Fox y no por él.
Al respecto, Pingo señaló que, aparte de inmorales, esos arreglos no tan en lo oscurito demuestran el grado de pasividad (el uso una palabra muy fea que también empieza con P, pero como esta es una columna que también leen los niños, no puede ser reproducida) al que hemos llegado los mexicanos, que permitimos que la riqueza pública se reparta en pocas manos y que ni siquiera el presidente actual sea capaz de deshacer esos compromisos que ni son legales ni mucho menos.
También dijo que su olfato le había enseñado el camino electoral que los panistas querían seguir de aquí al 2012: que como están seguros de que no ganarán las próximas elecciones ahora les ha dado por fomentar las candidaturas ciudadanas que en su momento, cuando tenían el poder suficiente, no fueron capaces de impulsar.
Pingo dijo       que a nivel estatal y nacional los dirigentes blanquiazules se han manifestado a favor de que los ciudadanos puedan ser votados sin tener que tener atrás un partido político, porque de esa manera aspiran a quitarle votos a sus odiados rivales.
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Señaló el declarante –El Pingo ¿quién más?- que él en su calidad de perro sabe que a veces es necesario pelear fuerte por un hueso, pero que se tiene que estar de plano muy hambreado para pelear de esa manera los huesos que se repartirán el 2012.
Lo que quizá Pingo no sabe es que esos huesos, sobre todo algunos muy especiales, están repletos de carne y ha sacado a quienes hoy los pelean con garras y colmillos, de la pobreza económica, aunque sigan en la pobreza moral.
Por lo pronto, a la derecha podrá usted a Pingo, entretenido en la lectura  digital de las noticias nacionales.

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A temblar


Varios lectores me dijeron ayer que Pingo -el perro que en la casa de ustedes se siente el amo- está injustamente apartado de esta columna desde hace demasiado tiempo.

Le expliqué que es un cuestión de salud mental, pues eran muchos los reclamos que recibía de la clase política, que un día sí y otra también se quejaban de las duras críticas que el inteligente can las lanzaba. Por mucho que explicaba que no eran críticas bien o mal intencionadas, sino sólo las reflexiones que el Pingo hace luego de observar y observar y observar a la clase política, los políticos no entienden de razones y se la pasan quejándose -lo que no constituye ningún problema, porque esa es la labor del periodismo- pero también se acuerdan de mis ancestros con demasiada frecuencia, lo que ocasionó un problema financiero, ya que su servidor usa mamá prestada para esas ocasiones, pero la viejita a la que le pagó para recibir todo los recordatorios me subió la tarifa y se quejó de exceso de trabajo.
Fue eso lo que me llevó a pedirle al Pingo que se hiciera a un lado, pero él tiene demasiado admiradores y creo que por justicia debe regresar a esta tribuna.
Así es que, políticos, ¡tiemblen!

domingo, julio 03, 2011

En busca de más rentabilidad

Considero que Jorge Zapata es el último de una larga lista de personas con ese apellido que pretende rentabilizar un poco más de lo que ya lo hace  la casualidad de ser parientes de Emiliano, ese hombre que lo arriesgó todo por sus ideales y que por lo mismo fue asesinado en la flor de la edad, cuando apenas tenía 36 años.
El no hacía discursos ni tenía las comodidades de que disfrutan sus descendientes, principalmente sus hijos, que por él solo hecho de serlo tuvieron la vida más que fácil. Muchos de los nietos han podido acomodarse en plazas de gobierno -en escuelas , por ejemplo- gracias a la genética y varios de ellos se han cuidado de lucir el bigote al estilo del abuelo, porque eso ayuda, como bien lo sabe el Madero que hoy encabeza el Partido Acción Nacional y que también busca mimetizar su físico con el de su ilustre pariente que, igual que Emiliano, también fue asesinado.
Jorge, a quien no tengo el gusto de conocer, quiere un poco más de rentabilidad del apellido y por eso busca ahora dirigir la organización campesina del PRI en Morelos.
En su derecho está. Nadie lo niega.
Sin embargo, ya mucho hicieron sus parientes contra la imagen del general, como sirvieron de propagandistas a la película de Alfonso Arau que protagoniza Alejandro Fernández.
Si supieran como respetan a Emiliano Zapata Salazar en el resto del mundo, le tendrían un poco más de respeto al nombre. Pero no, sólo lo usan para sacar provecho.
Para colmo, el aspirante a líder cenecista hace escarnio de uno de los momentos más trascendentes en la vida del caudillo del sur, cuando dio forma al Plan de Ayala. Cuando dicen que dijo que el que no tuviera miedo que pasara a firmar, el miedo al que aludía era cierto, porque esa firma se pagaba con la muerte.
El Plan de Ayala hizo a Emiliano inmortal, aunque pagó, precisamente el precio arriba citado, el 10 de abril de 1919 en Chinameca.
Y ahora todo eso se ha reducido a una frase inflamada en comunicados de prensa.

Mejor que conozcan Morelos

El domingo tendrán lugar las elecciones locales en el Estado de México, consideradas un laboratorio para lo que se avecina en el 2012 a nivel nacional y de Morelos.
Con el pretexto de estudiar el ambiente, innumerables políticos locales se han ido a dar su vuelta a la entidad vecina, cuando lo que deberían hacer es acercarse al territorio que dicen representar o por el cual sufren y se acongojan -según dicen cuando hay un micrófono o una cámara cerca- y que está lleno de necesidades y reclamos mal atendidos.
Si lo hacen, seguramente podrían asegurarse un buen lugar en el corazón de sus potenciales electores, pero parece que les interesa más ser (como siempre) candil de la calle y oscuridad de su casa.
Los resultados del domingo servirán a los partidos principales para acomodar su propaganda. El triunfo propio o el fracaso ajeno serán magnificados hasta el infinito, en un acto encaminado a convencer a la población de que tal partido “ya la tiene ganada” mientra el otro –el de los rivales- “ya perdió”.
Sin embargo, espero que mis paisanos en 2012 sean lo suficientemente listos como para tomar decisiones no en base a lo que les quieren decir, sino a lo que han visto.
Quizá sea mucho pedir, pero la esperanza muere al último.

Campesinos

Las lluvias parecen haber llegado por fin y con ellas la incertidumbre de otro tipo para lo que queda del sector campesino de Morelos.

Los campesinos, una raza en peligro de extinción en la entidad, no se han acostumbrado a lidiar con las catástrofes que cada temporada agrícola se les aparecen. Simplemente se han resignado.

Luego de lidiar con las plagas priistas, hoy batallan con gérmenes azulados que, especialmente en el sexenio anterior, no se acabaron las cosechas, sino la tierra para sembrar. O por lo menos trajeron a la entidad un cultivo –a sus ojos eso es- que de ser exótico pasó a convertirse en el más extenso: el de casas de interés social.

Las pocas tierras de buena calidad que sobreviven están marcadas por huecos donde se construyen casas o negocios. Las barrancas y canales de riego amanecen bloqueados por nuevos proyectos inmobiliarios.

Y los pocos espacios para sembrar que quedan sufren por el retraso de las lluvias. Luego, por el exceso de precipitaciones, nuevas angustias.

Al final, con lo poco que se logra hay que enfrentar los altibajos del mercado.

Nadie se quiere dar cuenta de lo estratégico que debería ser la producción de alimentos. La autoridad tiene la obligación de incentivar la producción de comida por medio de subsidios que motiven a buscar mejores rendimientos.

Sin embargo, no hay vocación de servicio en el agro, sino sólo una administración interesada de los presupuestos del sector.  ¿El futuro? Bien, gracias.

Del dicho al hecho

Luis Manuel González Velazquez, titular de la Auditoría Superior de Fiscalización (ASF) ha usado varias veces el nombre de Gerardo Casamata Gómez –su antecesor en el cargo- para mandar mensajes atemorizantes que en los hechos carecen de respaldo y, por lo tanto, de veracidad a menos que demuestre lo contrario. Y no lo ha hecho.
La institución que preside ha sido la mayor tapadera de los excesos de quienes gobiernan y hoy como ayer parece actuar de forma selectiva, incapaz de la acción general que la ley le asigna en la vigilancia del uso de los recursos públicos.
González Velázquez no es precisamente una hermanita de la caridad. Tiene su propia historia y un pasado negro que no puede borrar de un plumazo, por lo que no puede ahora tratar de aparecer como el campeón contra la corrupción.
Debería mejor empeñarse por ser un funcionario eficiente.
Justamente él ha sido un hombre cien por ciento de su partido, el PRI, y no creo que eso haya cambiado. No me convence que ahora persiga por desvío de recursos a Gustavo Rebolledo, porque el ex edil de Zacatepec es sacrificable, debido a su pésima fama pública.
Y usar a la Auditoría Superior de Fiscalización (ASF) sólo como un instrumento para amenazar a los rivales –lo cuál se ha hecho desde hace años- pues es parte del juego perverso que nos tiene a los ciudadanos marginados del control del quehacer público. Sólo con buenos conectes con uno de los partidos políticos hegemónicos se pueden ocupar buenos cargos, que en teoría están destinados a hombres y mujeres con la mejor preparación, aunque pocas veces sea ese el caso.

No respetan

Mientras los políticos se pelean hasta el último espacio de poder, los ciudadanos comunes y corrientes nos esmeramos por trabajar de la mejor manera posible, a pesar de los obstáculos que los políticos ponen una y otra vez, ya se por ineficiencia –al dejar que los problemas los rebasen y acaben en, por lo menos, una manifestación- o con toda intencionalidad, cuando deciden que sus intereses personales o los de sus amigos son prioritarios y deben pasar por los derechos de la sociedad.
Ambas situaciones ocurren todos los días, en todos los ámbitos de poder. Las denuncias de los afectados tan ni proceden que las cosas siguen igual.
Sólo las movilizaciones de gran magnitud pueden hacer que los políticos rectifiquen, aunque sea un poquito, pero en general siempre se las ingenian para salirse con las suyas, como en el caso del dinero que el Congreso destinó para las escuelas públicas y que llegó menguado y, para colmo, etiquetado, porque con esas sumas  -que no se entregaron completas- podían los beneficiarios arreglar los jardines de la escuela (si es que tienen semejante lujo) pero no impermeabilizar aulas o reparar sanitarios, por citar dos ejemplos.
Con eso los autores del plan malévolo garantizaron que el dinero no se gastara –ignoro con qué fin- tal y como desde el principio se planteo inmediatamente después de que el Congreso aprobó los recursos encaminados a sustituir las cuotas que pagan –forzados- los padres de familia.
Si se supone que los legisladores representan a los ciudadanos, lo que pasó con la aplicación de ese dinero es que se burló la voluntad de los ciudadanos y que nuestros representante son dijeron ni pío.
Por supuesto, eso no es nada novedoso, ocurre todos los días y en todas partes. Tan aguantadores somos que no dudo que alguno de los paisanos haya acudido a las autoridades educativas a dar las gracias por no permitirle gastar el dinero que requiere la escuela de sus hijos. Hasta la mano deban haber besado.

El futbol

Apenas hace unos días les platicaba que estaba orgulloso de mi país por haber sido capaz de generar una situación como el “diálogo” (monólogo desde la parte oficial) que en el Castillo de Chapultepec enfrentó al presidente Calderón con Javier Sicilia y seguidores.
Y es un orgullo verdadero, que no se quita ni siquiera porque apenas el sábado “todo México” “vibró” con la “hazaña” del equipo “mexicano” que obtuvo la Copa de Oro, un torneo de poca calidad pero que llena de esperanzas (¿esperanza de qué? No lo sé) a decenas de millones de mis compatriotas que por dos largas horas (más el tiempo posterior de la celebración) se olvidaron (una vez más) de los graves problemas de este país.
Claro, es parte del altruismo de mis compatriotas, que al estar frente al televisor contribuyeron al desarrollo (de las empresas televisoras) y así dejaron de ser pesimistas y criticones con lo que pasa a nuestro alrededor.
El fútbol y cualquier otro infra espectáculo es más que suficiente para hacer que los grandes problemas nacionales o locales se queden sólo en las manos de los políticos y estos hagan y deshagan a su antojo.
Sobre todo, permite que todos los niveles de gobierno continúen su endeudamiento sin freno, lo que traerá serias consecuencias en un futuro muy cercano.
Endeudarse es traer dinero del futuro para usarlo en el presente. Es obvio que en el futuro se quedaran con menos recursos, ya sea los de ahora que alcancemos a legar o las próximas generaciones.
Nadie parece reparar en ello, quizá por las elevadas dosis de futbol.

Estoy orgulloso de mi país

Siempre me sentido orgulloso de ser mexicano, sobre todo cuando descubrí que una cosa somos los mexicanos y otra nuestros gobiernos. Hoy estoy especialmente orgulloso por lo que pude ver en televisión, el llamado diálogo entre el movimiento que encabeza Javier Sicilia y el presidente del país, quien finalmente cedió ante las presiones y los reclamos.
No soy tan optimista como para pensar que habrá mejoras visibles en México luego de ese inusual encuentro en el histórico Castillo de Chapultepec. Sin embargo, el simple hecho de que el encuentro ocurrió me dice que hay esperanza, que las cosas pueden cambiar.
No me sorprendió la defensa terca que de sus acciones hizo Felipe Calderón Hinojosa, porque él no conoce de cerca la realidad del país. Pero si me sorprendió el valor de quienes tuvieron la oportunidad de hablar sobre sus desgracias y la forma en que las enfrentan.
La presión social les permitió estar allí sin ser futbolistas famosos, o empresarios extranjeros destacados, o conductores de programas sangrones de televisión.
Llegaron en su condición de ciudadanos y como tal fueron escuchados.
Eso no fue una graciosa concesión, una dádiva, de la autoridad. Fue producto de la presión social.
Ignoro que cosas habrán cambiado en tres meses, pero sé que –como ya dije- hay esperanzas de vivir en un país mejor.
Claro, para que eso ocurra todos debemos participar, aportar nuestro granito de arena.
Por supuesto, lamento profundamente que para que lo de ayer ocurriera Javier Sicilia y tantos más pagaran un precio terrible, que nunca les será resarcido.

El regreso


 Tiene varias semanas que esta solemne columna había estado libre de las intromisiones de Pingo, el perro maltés (mexicano) que vive en la casa de ustedes en calidad de dueño (ese es el estatus que él se asignó).
La desaparición de el inquieto animal provocó honda preocupación en algunos lectores, entre ellos Víctor Bahena, quien llegó a dudar incluso de la existencia de Pingo.
Pero existe y es tal y como aquí se describe. Hasta le último detalle corresponde con la realidad. Y latoso como él solo.
Pero creo que la llegada de la mascota (nadarás no le diga que le he denominado así, por favor) se justifica: sí Elba Esther Gordillo Morales se atreve a irrumpir en la vida de los demás, en horarios laborales, hasta hacer que el mismísimo director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos deje de hacer su trabajo para sentarse a ver una videoconferencia con la susodicha señora, mientras los problemas se le acumulan en el escritorio.
Si ella se atreve a irrumpir así en la vida de los demás y, además, sin una justificación plena (ni siquiera con la garantía de que se aprenderá algo en esas horas realmente perdidas) pues no está por demás que el Pingo regrese triunfalmente a este foro y diga que luego de tantas semanas lejos las cosas han cambiado para peor, porque los políticos –su objeto de estudio- cada vez cobran más y trabajan menos, ya que –dice- han aprendido los secretos del cargo que desempeñan y los usan al máximo.
Asegura que basta con ver los carros que ahora usan para darse cuenta de que nos están robando y –al igual que expresó hace como seis meses- no entiende como los humanos dejamos que esos seres –los políticos- abusen de nosotros, nos roben, nos humillen y todavía les demos las gracias y aparte les peguemos muy bien.
Acepto que es una buena pregunta que para mi no tiene respuesta.
Pingo, al conocer eso –de que no sabemos por qué confiamos en los políticos- soltó un quejido lastimero -¿o de lástima?- por nosotros.

Tema pasado de moda


Hay cosas que en la vida no tienen remedio, además de la muerte y los impuestos. En una larga lista podemos incluir la comida chatarra, de la que siempre tenemos algo al alcance de la mano a pesar de tantas buenas intenciones expresadas por las autoridades sanitarias para combatir las enfermedades –supuestamente, claro- la obesidad, especialmente en niños.
Los alimentos con alto valor calorífico, llenos de grasas y de endulzantes, ni fueron prohibidos en las escuelas, ni son ahora menos dañinos.
Pero como el tema ya pasó de moda, los responsables de velar por la salud de la colectividad ni se preocupan y dejan pasar todos los excesos de quienes se enriquecen a costa de provocar enfermedades graves entre sus consumidores.
Las madres, educadas por la televisión, prefieren darle a sus hijos algo que les ahorre trabajo. Los niños, acostumbrados a determinados alimentos –que no alimentan-  no piden menos que eso en lo que se refiere a sabor.
Y lo más grave es que el tema ha pasado a segundo plano. Los fabricantes de los productos dañinos ganaron la partida y las autoridades educativas de Morelos son extremadamente disciplinadas o incapaces de tomar medidas por su cuenta.
Dejar pasar, dejar hacer es uno de los lemas favoritos de los sistemas económicos capitalistas. No me cabe duda de que nosotros lo somos por los cuatro costados, sobre todo quienes gobiernan.
Los ciudadanos, que se j… ueguen su salud. No importa.

De casas y cínicos


Sergio Estrada Cajigal Ramírez fue el que permitió la llegada de la plaga inmobiliaria que destrozó Morelos. Las empresas constructoras de todos los colores y sabores que llegaron durante su gobierno se dedicaron a la ocupación de las tierras disponibles, así sean de cultivo e incluso de alta productividad, para construir casas y más casas que ni siquiera estaban al alcance del bolsillo de los morelenses.
Por supuesto, en esa terrible acción tuvo aliados, principalmente a alcaldes de su partido y a gente como su secretario de obras Noé Sánchez Cruz. Antes pensaba que el peor de los males causados por esta plaga era la pérdida de las tierras de cultivo, la alteración de los cauces naturales y artificiales de agua y el calentamiento que la deforestación causó.
Pero eso fue lo menos, porque lo peor comienza a dejarse sentir: los servicios públicos se han saturado en las zonas en que los angelitos hoy enriquecidos hicieron de las suyas.
Lo más visible quizá sea el tráfico endemoniado que en las horas picos, sobre todo mañana y noches, se forma en lugares que son únicos accesos a las nuevas zonas habitaciones, como la autopista del Sol, en sus primeros tramos.
Y cada vez los compradores de esas casas reclaman al gobierno, no a las constructoras, otro tipo de servicios que con trabajos nos alcanzan a nosotros.
Por supuesto, quienes hicieron el negocio ni sudan ni se acongojan, porque ya buscan nuevas ganancias en otras latitudes. En Morelos todo marcha bien. No se les olvida que aquí es la tierra donde incluso le dieron un premio presidencial a la empresa que llenó de casitas Xochitepec. Todos aplaudieron cuando Vicente Fox entregó el diploma. Que allá sido a sus propios hijastros es un asunto  menor.

Regadas

 Partido Acción Nacional ha decidido usar las instituciones para luchar contra sus rivales, en un intento desesperado por mantenerse en el poder. Eso ha sido malo para las instituciones, como el Ejército, que ha visto afectada su credibilidad al actuar como Policía sin guardar las formas. Del IFE, la PGR y tantas instancias más ya ni se diga
El problema es que eso ha minado la confianza de los ciudadanos, que en lugar de alegrarse al ver que por fin determinados delitos son castigados, se da cuenta de que todo es un intento por desprestigiar al rival, sin intención de llegar al final de las cosas.
A los ciudadanos nos interesa que funcione la justicia, que no haya impunidad y que los criminales con fuero dejen de burlarse de nosotros. Pero a las autoridades sólo les interesa exhibir a los rivales, aunque con esa acción al final les den más impunidad (todavía más) cuando han cometido delitos que –por encauzarlos inadecuadamente- al rato no podrán llevarlos a la cárcel.
A nivel federal el espectáculo ha sido vergonzoso. Puras metidas de pata que al final termina por pagar la sociedad.
Por lo menos debería servir de lección para que a nivel local no se caiga otra vez en la tentación de hacer las mismas cosas, porque aparte de que engrandecen al rival los desperfectos los pagamos todos, como lo señalan los casos extremos en los que ha intervenido el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Hay mejores formas de hacer política. Y las legales incluyen no usar los recursos que le fueron confiados.
Por supuesto, todo lo anterior ha sido dicho a manera de desahogo, porque no hay quien escuche. Es un prédica en el desierto.