domingo, julio 03, 2011

De casas y cínicos


Sergio Estrada Cajigal Ramírez fue el que permitió la llegada de la plaga inmobiliaria que destrozó Morelos. Las empresas constructoras de todos los colores y sabores que llegaron durante su gobierno se dedicaron a la ocupación de las tierras disponibles, así sean de cultivo e incluso de alta productividad, para construir casas y más casas que ni siquiera estaban al alcance del bolsillo de los morelenses.
Por supuesto, en esa terrible acción tuvo aliados, principalmente a alcaldes de su partido y a gente como su secretario de obras Noé Sánchez Cruz. Antes pensaba que el peor de los males causados por esta plaga era la pérdida de las tierras de cultivo, la alteración de los cauces naturales y artificiales de agua y el calentamiento que la deforestación causó.
Pero eso fue lo menos, porque lo peor comienza a dejarse sentir: los servicios públicos se han saturado en las zonas en que los angelitos hoy enriquecidos hicieron de las suyas.
Lo más visible quizá sea el tráfico endemoniado que en las horas picos, sobre todo mañana y noches, se forma en lugares que son únicos accesos a las nuevas zonas habitaciones, como la autopista del Sol, en sus primeros tramos.
Y cada vez los compradores de esas casas reclaman al gobierno, no a las constructoras, otro tipo de servicios que con trabajos nos alcanzan a nosotros.
Por supuesto, quienes hicieron el negocio ni sudan ni se acongojan, porque ya buscan nuevas ganancias en otras latitudes. En Morelos todo marcha bien. No se les olvida que aquí es la tierra donde incluso le dieron un premio presidencial a la empresa que llenó de casitas Xochitepec. Todos aplaudieron cuando Vicente Fox entregó el diploma. Que allá sido a sus propios hijastros es un asunto  menor.

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