El regreso
Durante varios días y por razones estratégicas Pingo -ese perro que se siente el amo en la casa de ustedes- no había metido las narices en esta columna.
Lo que pasa es que en realidad el dichoso animal -le digo así ahorita que no ve- fue hace unos días a que lo pusieran bonito -más bonito, dice él- pero el caso es que a su peluquera se le pasó la mano y lo dejó como xoloitzcuintle, el perro típicamente mexicano que no tiene ni un rastro de pelo.
Así quedó Pingo, que tuvo que usar un buen suéter que tampoco le favorece, por lo que decidió retirarse de la escena pública.
Al respecto el can en su momento dijo que él no era como Maricela Sánchez Cortés, quien no le tiene miedo al ridículo y muestra impúdicamente sus tintes y lo que parece son cirugías o algo similar para dar el gatazo de que tiene 15 años menos.
Pingo citó a Jesús Reyes Heroles, quien dijo que "la forma es fondo" (en referencia a la política) para asegurar que hasta no recuperar la "audaz figura", el "ademán seductor" y no sé cuántas virtudes adicionales no habría manifestaciones públicas de él, aunque tampoco llegaría a las exageraciones de Luis Miguel de hacerse el muerto (una gracia que por cierto no le sale) para mantener expectante a su público.
Pero el tiempo, que todo lo cura, ha hecho su trabajo y el Pingo nuevamente comienza a tener pelo y con eso, cuál Sansón, le han regresado las energías para hacer sus ponzoñosas críticas. Asi es que, políticos: agárrense.
P.D. Dice Pingo que agradece el saludo de Carlos Félix y se lo devuelve.
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