La esfinge "habló"

A nadie sorprenden las estimaciones electorales de ayer, no por los méritos del PRI -que donde los hay no son muchos- sino por la terquedad del PAN de considerar a los gobernados como menores de edad a los que se les puede decir que las cosas son color de rosa mientras pasa lo que todos sabemos que pasa.

Varios de los escasos y apreciados lectores de esta columna me han preguntado porque Pingo sigue castigado y ausente.

Quieren saber también de la iguana verde y sus andanzas. A ellos les digo que de la iguana ni sus luces, no sé si por ingratitud o porque decidió conocer por sí misma los detalles del proceso electoral que hoy cambiará a doce gobernadores.

El Pingo en cambio ha guardado un juicioso silencio, que le he invitado a romper, sobre todo cuando asume su pose de esfinge -cada cierto tiempo le da por portarse así- pero me dice que poco se puede decir cuando nadie quiere escuchar.

Pero aún así agregó que tal parece que no sirve hablar, sino que es necesario ladrar para que allá arriba escuchen.

Dijo también que no le gustan los monólogos -aunque en realidad él estaba haciendo uno, pues a leguas se notaba que no le interesaba mi opinión- y que para eso mejor guarda silencio.

Y guardó silencio, no sin antes prometer que cuando se den más detalles de los resultados electorales le dará consejos a, entre otros, Maricela Sánchez, Jorge Arizmendi y Germán Castañón Galaviz.

Voy a buscar una foto de Pingo con actitud de esfinge para que usted la pueda ver en mi blog (http://oscardavismtz.blogspot.com) .