Impartidor de... cates
Dice Pingo –ese perro metiche que en la casa de ustedes se cree el amo- y yo avalo que mi paisano Valentín González –hoy magistrado del Tribunal Superior de Justicia- es la prueba de que ser de Jojutla no garantiza la buena educación ni la cordura.
Lo que no hizo durante los años que estuvo en el cargo y Rosas Pérez en la presidencia del Tribunal lo hizo ayer, usar la fuerza para dirimir un conflicto, justo lo contrario que debe hacer por su investidura, porque se supone que él y todos los juzgadores intervienen para que la sangre no llegue al río en las diferencias entre ciudadanos.
Lástima por el mal ejemplo, pero he de confesar que no todos en Jojutla somos así. Eso de envalentonarse –por más que se llame Valentín- cuando el que fuera hombre fuerte ya no está como que no se ve bien, pero el agua busca su nivel y espero que pronto todo se empareje.
Por lo pronto, pésimo el ejemplo dado pero revelador del revanchismo que impera en el poder Judicial.
No se dan cuenta los que allí pelean que se desgarran por una institución, no por algo que pueda ser su patrimonio.
En fin, por lo pronto, hasta la iguana verde descalifica –con mi anuencia- a un impartidor de justicia que prefiere usar la fuerza y no las valiosas armas que le da el cargo.
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