Hoy hay poco espacio, por lo que el Pingo -el metiche perro que en la casa de ustedes se siente el amo, y que actúa como tal- tendrá que aguantarse de echar su pesado rollo sobre la naturaleza de los políticos morelenses, luego de que junto con la iguana verde –otro habitante del mismo lugar, cuyo mayor placer es comerse mis flores- pudo desglosar de qué están hechos esos seres que no piensan en nadie más que en ellos mismos, sus parientes y sus cuates, a los que tienen bien atendidos desde las ubres de papá gobierno, que los mantiene desde hace muchas décadas a la mayoría y diez años para los que se visten de azul y blanco.
Todo ocurrió luego de que en el patio de la casa de ustedes un gusano verde se desplomó desde las alturas y quedó convertido en una mancha del mismo color.
Intrigados al ver las entrañas de ese ser, tengo entendido que la iguana y Pingo emprendieron experimentos para conocer de que están hechos los políticos, un tema motivo de estudio del filosófico can.
Como no tenían un político a la mano para destazarlo y ver que tiene adentro, decidieron hacer uso científico del perro de un político. El pobre animal siempre estaba en la azotea de su casa y era muy confianzudo, por lo que deduzco que no fue difícil hacer que cayera para conocer su interior…
Por falta de espacio, le seguiré mañana con este relato de ciencia… ficción.
Por cierto: mando una disculpa a los lectores de este blog por la larga ausencia, pero el exceso de trabajo me había impedido actualizarlo. me empeñaré en que eso suceda poco, o nunca.
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