domingo, septiembre 12, 2010

Conejillos de Indias

Les comentaba el viernes de la visita que realicé a mi natal Jojutlay de los cambios en las costumbres de mis paisanos, víctimas también de la epidemia de obesidad que amenaza con quitar la fama de galanura indiscutible a los nacidos en esa tierra.

Luego, con la serie de alcaldes que los jojutlenses han padecido, pues me extraña que aún exista la que fuera tan vanguardista ciudad.
Pero quizá sea emblemático y probablemente la usaron como laboratorio del terrible crimen que quieren cometer contra México quienes no aman a este precioso país.
Para eso, han experimentado en Jojutla los mismos métodos que aplican en el resto de la república,pero me imagino que aquí en el sur de la entidad es donde miden con exactitud los resultados.
Y esos científicos (sociales) locos saltan de alegría cuando comprueban que con tanta dosis de tele han logrado crear una generación de humanos insensibles, incapaces siquiera de cuidar de si mismos (ya que ingieren sin ninguna precaución comida y bebida que les hace daño o les adelanta la muerte) y mucho menos aptos para pensar en su futuro, como se nota por los presidentes municipales que han elegido en (para no ir tan lejos) la última década, y la forma como han dejado que los endeuden y los engañen. Y todavía les queden ganas de aplaudir.
Como experimento, creo que ha sido un éxito. Los resultados saltan a la vista, porque nadie se queja, sino al contrario, se les ve cara de felicidad a mis paisanos. Terrible.

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